TS Fundiciones solicita concurso de acreedores para reestructurar la empresa

  • La empresa TS Fundiciones ha solicitado al juzgado el concurso de acreedores con el objetivo de reestructurar la compañía, que mantiene su actividad, y "retomar la senda de la viabilidad y competitividad".

San Sebastián, 29 nov.- La empresa TS Fundiciones ha solicitado al juzgado el concurso de acreedores con el objetivo de reestructurar la compañía, que mantiene su actividad, y "retomar la senda de la viabilidad y competitividad".

La empresa de Zestoa (Gipuzkoa), que emplea a 160 personas, ha presentado ante el Juzgado de lo Mercantil de San Sebastián la solicitud de concurso "con continuidad", ya que su intención es acudir a este procedimiento para "reordenar la difícil situación que vive y retomar la senda de la viabilidad".

La fundición guipuzcoana, que se encontraba en situación de preconcurso de acreedores desde el 7 de noviembre, arrastra una deuda de 28 millones de euros, mientras que prevé facturar este año 20 millones, lo que hace que el proyecto "no sea viable salvo que se modifique significativamente la estructura de la empresa", ha explicado la dirección de esta firma en un comunicado.

La demanda de clientes de TS Fundiciones ha caído un 43 % en toneladas entre los años 2012 y 2013, debido a la apuesta por el producto chino que están haciendo "prácticamente todos los compradores" y a que, en la actual situación de crisis, otros fabricantes han optado por potenciar sus propias fundiciones.

Desde que la empresa se implantó en el barrio de Arroa en el año 2007 no ha sido capaz de generar beneficios, con la excepción del ejercicio 2008, por lo que ha acumulado unas pérdidas de más de 22 millones de euros hasta septiembre de 2013.

Ante esta situación TS Fundiciones planteó a principios de este mes un plan de viabilidad que incluía reducir su plantilla en 50 personas, hasta situarla en 110 trabajadores, bajar los salarios un 25 % y aumentar la jornada anual en 100 horas, hasta alcanzar las fijadas en el convenio del metal de Gipuzkoa.

El comité de empresa respondió a esta propuesta exigiendo a la dirección que definiera un plan industrial que permitiera a la compañía mantener la plantilla, ya que, a su juicio, el plan de viabilidad planteado únicamente incidía en la reducción de los trabajadores y en el empeoramiento de sus condiciones laborales.

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