Tsipras trabaja en la formación de gobierno, que aplicará nuevos ajustes

  • Fortalecido por su rotunda victoria electoral el domingo, Alexis Tsipras trabajará este lunes en la formación de un gobierno griego encargado de aplicar las reformas económicas exigidas por los acreedores a cambio de más financiación.

El jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, el holandés Jeroen Dijsselbloem, dio el tono pidiendo la formación de un nuevo ejecutivo "rápidamente", para "continuar con el proceso de reformas".

El líder izquierdista repitió la victoria del 25 de enero, esta vez con un 35,4% de los votos, según resultados casi definitivos.

Su principal rival, Nueva Democracia, liderada por Evangelos Meimarakis, se quedó a más de siete puntos. La abstención, del 44,1%, fue por su lado la más alta en Grecia desde el restablecimiento de la democracia en 1974.

Además de consolidar a su formación, Syriza, Tsipras ha logrado deshacerse de los disidentes internos opuestos al tercer rescate internacional y sus condiciones.

Organizados en el nuevo partido Unidad Popular, estos no estarán en el próximo Parlamento.

A falta de mayoría absoluta, con 145 diputados de un total de 300, Tsipras anunció el domingo por la noche que repetirá coalición de gobierno con Griegos Independientes, una formación de derecha soberanista que obtuvo diez escaños.

Tsipras asumirá el cargo ante el presidente de la República la noche de este lunes, y se espera que forme gobierno el martes, según las primeras informaciones de su partido.

El próximo primer ministro apenas perdió un 2,4% de votos respecto a enero, y ha logrado convencer a sus electores de que hizo lo mejor para el país al aceptar el 13 de julio el tercer rescate internacional de Grecia.

Ahora deberá demostrar que es capaz de llevar adelante las subidas de impuestos y toda una serie de reformas estructurales (recorte de pensiones, liberalización de ciertos sectores, privatizaciones) protegiendo a las clases sociales más vulnerables.

Pero, para Tsipras, cumplir con es gran promesa de campaña se anuncia como un ejercicio de malabarismo.

Máxime cuando los acreedores del país examinarán con lupa esas reformas en una primera revisión a fines de octubre, de la que dependerá la entrega de unos 3.000 millones de euros, fundamentales para mantener a flote las finanzas públicas del país.

El total del programa de rescate asciende a unos 86.000 millones de euros, y está previsto a lo largo de tres años.

Tras aprobar las condiciones del rescate en agosto en el Parlamento, Grecia ya recibió 23.000 millones de euros.

De ese total, 13.000 millones sirvieron para saldar deudas pendientes. Diez mil millones fueron por otro lado depositados en una cuenta especial, destinada a la recapitalización de los bancos, debilitados por el miedo a una salida del euro en la primera mitad del año.

Para protegerlos se instauró a fines de junio un control de capitales que sigue vigente, y está complicando mucho las operaciones de las empresas griegas, que deben pedir una autorización para efectuar pagos al extranjero.

Según varios analistas, el factor clave a partir de ahora será la estabilidad del nuevo gobierno, en un país que ha conocido cinco elecciones desde el inicio de la crisis de la deuda en 2010.

Para Mujtaba Rahman, jefe para Europa de la asesoría Eurasia Group, citado por Bloomberg, "la estabilidad económica y política depende del éxito de la primera evaluación del programa" en octubre.

Aparte de las reformas estructurales y las subidas de impuestos, la otra gran cuestión del programa es la reducción de la deuda pública griega, que sigue por encima del 170% del PIB y se considera inviable.

Tsipras ha prometido pelear duro para obtener una reducción, y el Fondo Monetario Internacional ha puesto a los europeos la cuestión del alivio de la deuda griega como condición para participar en el nuevo rescate.

A priori, la institución de Washington debe decidir en octubre si participa o no en el programa.

A nivel diplomático, el presidente ruso Vladimir Putin felicitó este lunes a Tsipras por su victoria, después de haberlo hecho la vípera el presidente francés François Hollande y el canciller austríaco Werner Faymann.

En un telegrama, Putin manifestó su "esperanza de mantener un diálogo constructivo y una colaboración activa" con Atenas, al igual que ya hiciera con el anterior gobierno de Syriza, lo cual generó preocupación del lado de Estados Unidos.

bur-avl.zm

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