UE y EEUU: Los países desarrollados no deben asumir solos la factura del cambio climático

  • Los países industrializados no deberán ser los únicos que financien las políticas climáticas del sur y deberán obtener la ayuda de otros países, insistieron este lunes los negociadores jefe de la Unión Europea y Estados Unidos.

La financiación de la lucha contra el cambio climático es uno de los puntos críticos que deben ser resueltos de aquí al viernes, cuando termina la conferencia de París en la que se negocia un acuerdo mundial contra el cambio climático.

"En el tema financiación, aún estamos negociando", dijo en rueda de prensa el comisario europeo, Miguel Arias Cañete.

"Hemos sido el mayor contribuyente del financiamiento climático, y estamos decididos a aumentar ese nivel de apoyo", aseguró.

Pero "el mundo ha cambiado desde que la Convención (de la ONU de 1992 sobre el clima) dividió el mundo en dos partes": los países desarrollados y en desarrollo, explicó.

Los primeros, según la Convención, deben apoyar financieramente las políticas climáticas de los segundos.

"Muchos países en desarrollo tienen capacidades financieras que no tenían en 1992", dijo Cañete.

"Cada país con la capacidad de hacerlo debería apoyar a los países más pobres, los más vulnerables", añadió, en alusión directa a China, que ya ha prometido dar dinero a los países del Sur.

El representante de Estados Unidos, Todd Stern, también insistió sobre la contribución de los nuevos países.

"No será obligatorio", aseguró Stern. "La formulación actual en el texto es 'los países capaces de hacerlo'. Mucha gente está descontenta con esa fórmula. Estamos abiertos a otras fórmulas, pero algo que traduzca la idea de una base de donantes ampliada será importante".

"Para nosotros, la movilización continua de financiación estará muy relacionada con la presencia en el acuerdo de disposiciones significativas sobre la reducción de las emisiones y la transparencia" de las acciones, explicó.

Los países en desarrollo destacan por su lado que los países ricos deben primero garantizar cómo mantendrán su promesa -que data de 2009- de suministrar 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020. También piden compromisos cuantificados para después de 2020, año en que debería entrar en vigor el acuerdo de París.

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