Una de cada ocho empresas españolas detectó algún obstáculo en el mercado europeo


Una de cada ocho empresas españolas detectó en los Estados miembros de la UE algún tipo de obstáculo para desarrollar su actividad y, una de cada seis, algún problema, según se establece en la fase décima del proyecto Línea Abierta para la identificación de problemas de las empresas españolas en el mercado único europeo.
El informe, que presentó este martes por el secretario general de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), José María Lacasa, y por el secretario general de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, refleja que los obstáculos principales son los retrasos en los pagos (en el 50% de los casos), las normas técnicas y la competencia desleal. Este último no estaba presente en los resultados del informe noveno.
Elaborado conjuntamente por la Secretaría de Estado de Comercio Exterior, la CEOE y el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), este estudio refleja que de 900 empresas entrevistadas, 150 identificaron algún problema en el mercado único europeo.
“Dos tercios de las mercancías se exportan a la UE, por lo que necesitamos que este mercado funcione bien porque tiene un alto poder adquisitivo, con 500 millones de consumidores y, además, es muy competitivo”, aseguró Bonet.
Los países donde más impedimentos hallaron las empresas españolas fueron Francia, en un 21% de los casos, y por las normas técnicas, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. Si bien, son los principales receptores de las exportaciones españolas.
Por sectores, el agrícola fue el que más obstáculos encontró, en el 15% de las ocasiones y por competencia desleal. El sector de transformados y bebidas, también encontró problemas en un 13% de los casos por retrasos en pagos y, también, por competencia desleal, seguido por los sectores de bienes de equipo, diversos y el químico farmacéutico.
Sin embargo, el grado de satisfacción de todas ellas con respecto a sus actuaciones en el mercado único se sitúa en un 65%, identificando al mercado interno como una forma de incrementar sus oportunidades. Si bien, según Lacasa, “esta satisfacción está relacionada con que muchas empresas tienen como actividad principal la exportación”.
Las soluciones que aportan para desmantelar los obstáculos son, según Bonet, “identificarlos desde la Secretaría de Estado, catalogarlos en, si son derivados del incumplimiento de normas comunitarias, o si son de normas privadas. Para los primeros, los ponemos en conocimiento de las autoridades del Estado miembro en cuestión e incluso de la Unión Europea y en el tema de retrasos de los pagos, a través de nuestras oficinas económicas y comerciales, intentamos interceder en favor de nuestras empresas llamando o enviando cartas a los clientes”.
En palabras de Bonet, “si somos competitivos en el mercado europeo, lo podemos ser en todo el mundo, especialmente en los países emergentes, que serán los que más crezcan económicamente. Nuestras empresas han de estar allí”, y añadió, “de hecho, cuando estos países crecen, nuestras exportaciones también”.

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