Varios empresarios italianos se ofrecen a comprar deuda pública del país

Roma, 8 ago.- Varios empresarios italianos han respondido a un llamamiento realizado por el diario financiero Milano Finanza para que contribuyan a la recuperación económica del país y se han mostrado dispuestos a comprar deuda pública del país transalpino si fuera necesario.

Entre los empresarios que se han sumado a la iniciativa están Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, o Diego Della Valle y Paolo Scaroni, presidentes de la marca de calzado Tod's y de la petrolera Eni, respectivamente.

"Si Italia lo necesita, nosotros estamos ahí", reza el documento firmado por los empresarios en respuesta a la iniciativa "Milano Finanza" que puede leerse hoy en la página web del rotativo.

El diario señala además que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, apoya esta iniciativa que tiene como objetivo promover el compromiso de las "fuerzas más activas del país para hacer frente a la delicada situación económica" que atraviesa Italia.

El manifiesto de la campaña asegura que Italia es un país "fuerte, rico, con una deuda pública muy alta, pero con una deuda consolidada pública-privada mucho más baja que la de Gran Bretaña o Alemania e igual a la de Francia", al tiempo que insiste en la solidez de los bancos y de la industria de Italia.

"Si Italia necesita o necesitara nuestra ayuda para las emisiones (de deuda), nosotros estamos aquí", concluye el documento.

La iniciativa fue lanzada a través del editorial escrito por el periodista Paolo Panarai en "Milano Finanza" y a través de una campaña promovida por otros medios del grupo editorial al que pertenece ese diario, Class Editori.

Penarai señalaba que Milano Finanza proponía un "compromiso moral entre los ciudadanos para que se declarasen dispuestos a contribuir al éxito de la colocación de los títulos de deuda pública que el Estado (italiano) deberá emitir a partir de ahora".

La campaña llega en un momento difícil para Italia, que en la última semana vio como su prima de riesgo marcaba un nuevo récord histórico desde la entrada del euro, al superar los 400 puntos básicos y su solidez se convertía en objeto de especulación por parte de los mercados.