Se esperan mejores precios

La vendimia apunta a un año "bueno" para poder competir con Francia e Italia

Se prevé una “buena añada” por un sector que tiene definidos y preparados proyectos para ser financiados por los fondos de recuperación y poner al vino español en el “siglo XXI”

La vendimia sólo influye al alza en los precios hoteleros de La Rioja
Vendimia
EUROPA PRESS

A mediados de julio ya se estaba vendimiando en algunas zonas de Lanzarote (Gran Canaria). A finales del mismo mes comenzó la recogida de la uva en la denominación de origen cordobesa de Montilla-Moriles. Esta segunda semana de agosto en la que entramos lo hará en el mayor viñedo del mundo, Castilla la Mancha, con sus variedades más tempranas y en septiembre, la vendimia estará generalizada en toda España. Una vendimia 2021 en la que nuestro país podría superar a Francia como segundo productor mundial, tras Italia, a pesar de que se espera producir 43 millones de hectolitros de vino y mosto, apenas un 10% menos que en 2020. "Una buena vendimia, que no excepcional" y bastante homogénea en todas las zonas, aseguran a La Información desde la Federación Española del Vino (FEV), con la que se espera, “para mediados de 2022”, haber superado la crisis generada en el sector por la pandemia y volver a las ventas de 2019.

De momento, el mes de mayo, último dato conocido, ha sido el mejor mayo de la serie histórica en cuanto a exportaciones y ello ha propiciado que en los cinco primeros meses de 2021, los crecimientos sean ya del 15% en valor y del 21% en volumen, alcanzándose los 935,3 millones de litros y los 1.122,9 millones de euros. En los diez primeros meses de la campaña (agosto 2020 a mayo 2021) las exportaciones se situaron en los 1.808,5 millones de litros y los 2.297,2 millones de euros. Esto es, 170 millones de litros y 156,7 millones de euros más que en los diez primeros meses de la campaña anterior. “La situación no es mala. Vamos remontando”, explica José Luis Benítez, director general de la FEV, “y en abril y mayo las exportaciones y las ventas en general han repuntado mucho y se han comportado muy bien”.

Eso sí, "con el problema ya conocido y que arrastramos desde hace décadas: vendemos mucho vino a granel y muy barato. Los mercados exteriores ven el vino español como una commodity y eso nos lastra". De hecho, España es el mayor exportador mundial de vino en volumen, pero el tercero en ingresos. Y es que el vino francés se exporta a una media que ronda los seis euros el litro, el italiano a algo más de tres y el vino español no llega a los dos euros de media por litro en los mercados internacionales. "Y eso lastra nuestra imagen, sobre todo en mercados emergentes como Rusia o China". Sea como fuere, España afronta este año una campaña media, similar a los cinco últimos años, con una reducción en toda España de unos 3,5 millones de hectolitros respecto a la campaña anterior. Todo ello cuando en el contexto europeo, tras las heladas del pasado mes de abril en gran parte de las zonas vitivinícolas de Francia e Italia aún no hay cifras concretas sobre sus previsiones de cosecha, lo que hace pensar que los daños fueron importantes.

Ese contraste con Europa hace prever que se abren ciertas expectativas comerciales para los vinos y resto de transformados vitivinícolas españoles, tanto para abastecer estos a los mercados comunitarios como para los que estos países productores habitualmente suministran. "Se abre una gran oportunidad de ganar mercados, aumentar márgenes y consolidar clientes para campañas sucesivas", explica Juan Fuentes, responsable vinícola de las Cooperativas Agroalimentartias de Castilla la Mancha, región que es la mayor productora de España con 25 millones de hectolitros.

Marcada por la Covid y los fondos UE

Esta segunda vendimia en tiempos de covid, pese a la recuperación del consumo y las ventas, volverá a ser ‘especial’ para los cerca de 75.000 temporeros que trabajarán en la recogida de la uva en todas las regiones españolas. Así, por ejemplo, en Logroño, capital de La Rioja, se han preparado ya las instalaciones del frontón Titín III y del polideportivo de la Universidad para que puedan dormir unos 300 temporeros cada noche. Unos temporeros a los que se les harán test PCR para que puedan trabajar e incluso algunas comunidades barajan la posibilidad de vacunar a estos trabajadores. "Se contempla vacunar a los temporeros", ha dicho la consejera de Agricultura de La Rioja, Eva Hita, quien asegura que “se harán todas la pruebas diagnósticas pertinentes para garantizar la continuidad y seguridad de las tareas agrarias”. Una consejera que quiere poner en valor que la vendimia 2020 en esta zona emblemática se saldó con tan solo un 2% de positivos entre estos trabajadores temporales, un total de 35, de las 1.720 pruebas realizadas.

Aparte de la vendimia, que también, lo que trae de cabeza al sector será poder acceder a los fondos de recuperación y resiliencia de la Unión Europea que recibirá España. "Ese es el nudo gordiano ahora mismo -avanza Benítez desde la FEV -, cómo podemos acceder a los fondos". Y es que la propia heterogeneidad y volumen del sector hace difícil la gobernanza y coordinación para acceder a ese dinero. "La FEV no quiere el dinero para sí, pero sí poder gestionarlo y coordinarlo y parece, de momento, que las asociaciones no vamos a poder acceder. Habrá que esperar a que las condiciones sean públicas porque por ahora no sabemos casi nada".

Explican en la Federación Española del Vino que de los 40 proyectos preliminares que había para ser financiados por los fondos europeos, "nos hemos quedado en diez definitivos". Proyectos de sostenibilidad y digitalización, a los que se han apuntado entre 30 y 50 bodegas a cada uno, y que abarcan todo el proceso: administración, producción y comercialización del vino. Proyectos ecológicos, sostenibles, digitales, de comercio electrónico, de enoturismo... Porque el vino, asegura el Director General de la FEV, "es sostenibilidad real, ecológica, porque nadie cuida la tierra más que el agricultor y el viticultor; fija población y crea riqueza en el mundo rural porque una viña no se puede deslocalizar; y también social porque, por lo general, quien es tenedor de las viñas en España es el agricultor y no los grandes grupos agroalimentarios".

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