Venta de Smithfield Foods a empresa china crea incertidumbre en EE.UU.

  • La probable venta de Smithfield Foods, el mayor productor de carne porcina en el mundo, a la empresa china Shuanghui International, por casi 5.000 millones de dólares al contado, ha suscitado el escrutinio de los reguladores e incertidumbre entre los consumidores.

María Peña

Washington, 2 jun.- La probable venta de Smithfield Foods, el mayor productor de carne porcina en el mundo, a la empresa china Shuanghui International, por casi 5.000 millones de dólares al contado, ha suscitado el escrutinio de los reguladores e incertidumbre entre los consumidores.

Durante 87 años, la empresa con sede en Smithfield, una zona rural en el sureste de Virginia, ha llevado a millones de hogares estadounidenses sus legendarios productos, como el tocino, las chuletas de cerdo y salchichas ", bajo marcas tan prestigiosas como Smithfield, Farmland y Eckrich.

La empresa, que cría 15,8 millones de cerdos al año en sus 460 granjas en todo EE.UU., anunció el miércoles pasado la venta a Shuanghui, con sede en Hong Kong, momento en el que sus acciones se dispararon en un 28% para cerrar a 33,35 dólares.

Si los accionistas y los reguladores federales aprueban la operación, cifrada en unos 4.700 millones de dólares al contado -algo que podría ocurrir en cuestión de semanas-, Smithfield comenzará a saciar muy pronto el apetito de China, que ha cuadruplicado su consumo de carne en los últimos 30 años.

Sería, además, la mayor adquisición de una empresa de EEUU por parte de otra procedente de China.

Desde 2004, otras compañías del gigante asiático han adquirido empresas estadounidenses, como International Lease Finance, AMC Entertainment, IBM (su división de computadoras personales), e Intergen.

Se calcula que, solo en la última década, empresas chinas han comprado cerca de 650 compañías en EE.UU., por un importe cercano a los 25.400 millones de dólares, según datos de la cadena de radio pública NPR.

Quienes apoyan la operación la describen como una gran apuesta en la que todos ganan, porque China cuenta con una creciente clase media, una economía al alza y es el mayor consumidor de carne porcina en el mundo: Smithfield respondería así a una creciente demanda y Shuanghui se beneficia de la calidad y seguridad de sus productos.

Sus detractores, incluyendo grupos defensores de los consumidores y legisladores con fuerte vena proteccionista, temen que una mayor exportación a China pueda producir un alza en los precios de los alimentos en este país, o que Shuanghui intente vender sus productos en EEUU.

Una fuente cercana a las negociaciones, que pidió no ser identificada, argumentó a Efe que esos temores carecen de fundamento.

"Esto es solo un negocio de exportación, nada más. Todo quedará igual: las operaciones de la empresa, los empleados, la gerencia, todo quedará intacto, y no habrá ninguna importación de productos cárnicos de China", precisó.

"Smithfield responde a la mayor demanda de cerdo que hay en Asia, y Shuanghui ha hecho las inversiones necesarias en camiones refrigerados y otras infraestructuras para mantener la calidad del producto. Esto beneficiará a los granjeros y productores de EEUU, que ahora tendrán un mayor acceso al mercado chino", enfatizó.

Poco antes de que la operación alcanzase la velocidad de crucero, Shuanghui anunció en su página web que había cancelado los negocios que mantenía con productores que usan contaminantes y despejar así las dudas que existían sobre la calidad de su producción.

En 2011, se había descubierto que una subsidiaria de la empresa china había usado el aditivo clenbuterol en algunos de sus productos porcinos.

Pero antes de descorchar el champán, la venta deberá aún ser evaluada por el Comité de Inversiones Extranjeras en EEUU (CFIUS, en inglés), un panel intergubernamental que revisa las transacciones foráneas con implicaciones de seguridad nacional en este país.

En declaraciones a Efe, Mark Plotkin, un abogado especialista en servicios financieros, seguridad nacional y los trámites del CFIUS, dijo que las partes se sometieron s esa revisión voluntaria "precisamente porque anticiparon una posible objeción a la venta".

"En un caso como éste, donde hay grupos preocupados por la seguridad de la cadena alimenticia, CFIUS consultará al Departamento de Agricultura, y analizará si hay granjas cerca de instalaciones militares... no veo obstáculos y creo que la venta saldrá adelante", vaticinó Plotkin, de la firma Covington & Burling.

Un portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo esta semana que no podía comentar la venta de Smithfield pero que, en general, el presidente Barack Obama alienta las inversiones extranjeras directas para ampliar las oportunidades económicas en EEUU.

"Una de las cosas que ha dicho el presidente (Obama) es que apoyamos los esfuerzos de entidades extranjeras de invertir en EE.UU., y que este tipo de inversión extranjera, en general, es un fuerte espaldarazo al tipo de infraestructura que tenemos en este país en lo que se refiere a instalaciones, tecnología y trabajadores", dijo Earnest.

de acuerdo con el portavoz, probablemente la transacción ni siquiera forme parte de la agenda del encuentro que Obama y su homólogo chino, Xi Jinping, celebrarán en California, entre el 7 y 8 de junio próximos.

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