Inversiones "voluntarias" en Egipto a las órdenes de Al Sisi

  • Las donaciones e inversiones de un ejército de voluntarios para salvar del abismo la economía de Egipto son la punta de lanza de la peculiar batalla financiera iniciada por el presidente del país, Abdelfatah al Sisi.

Belén Delgado

El Cairo, 13 sep.- Las donaciones e inversiones de un ejército de voluntarios para salvar del abismo la economía de Egipto son la punta de lanza de la peculiar batalla financiera iniciada por el presidente del país, Abdelfatah al Sisi.

El mandatario no se cansa de pedir en sus discursos la ayuda de todos los egipcios, especialmente de los más ricos, alegando una cuestión de responsabilidad patriótica y la necesidad de recurrir a fondos propios y limitar la dependencia exterior.

Por eso, ha querido predicar con el ejemplo y donado la mitad de su sueldo -aunque previamente este había sido duplicado- al Estado, al tiempo que ha destinado unos 70.000 dólares al fondo "Tahya Masr" (Viva Egipto), que él mismo lanzó para recibir donativos.

A este fondo -que supervisan Al Sisi, el Banco Central, el papa cristiano Teodoro y el jeque de la institución suní Al Azhar, Ahmed al Tayeb- dicen haber colaborado algunas de las grandes fortunas y empresas del país, aunque se desconoce por el momento la lista oficial de donantes y el monto aportado.

A la iniciativa se han apuntado también funcionarios y empleados, y hasta el movimiento Tamarrud, que promovió las protestas contra el depuesto presidente Mohamed Mursi, ha organizado una campaña para promover las dádivas a la puerta de los bancos.

Uno de sus miembros, Mohamed Abdelaziz, reconoce a Efe que ha ingresado dinero porque considera que "'Tahya Masr' es un medio de participación popular para generar desarrollo económico", aunque este "no sacará al país de la crisis" por sí solo.

Sin embargo, el presidente de la Asociación Egipcia de Capital Riesgo (EPEA, en sus siglas en inglés), Hany Taufik, desaconseja contribuir a un producto "que no está bien estructurado" (no está claro cómo se utilizará) y que debería mejor transformarse en un "fondo de inversión".

Como ejemplo de esto último, cita los llamados "certificados de inversión" emitidos para financiar el nuevo proyecto para ampliar el Canal de Suez, presentado recientemente también por Al Sisi.

Solo los egipcios pueden comprar en cuatro bancos estatales esos títulos, que ofrecen un interés de un 12 %.

La exclusión de las inversiones extranjeras en un sector estratégico y cargado de simbolismo (la nacionalización del canal desencadenó la guerra de 1956 contra Francia, Reino Unido e Israel) no convence a Taufik.

"La economía moderna no solo depende de la popularidad y del orgullo nacional, sino que estos tienen que combinarse con las herramientas financieras", sostiene el directivo.

Las primeras ventas de estos certificados han causado furor en el mercado: según el gobernador del Banco Central de Egipto, Hisham Ramez, ya se han obtenido unos 4.700 millones de dólares con el fin de financiar la expansión del canal, lo que en el futuro permitirá el transporte de más buques y multiplicará sus ingresos.

Se calcula que se necesitarán unos 8.400 millones de dólares para excavar y construir los túneles, según el proyecto, que está supervisado por las Fuerzas Armadas.

El analista del instituto Brookings Hafez Ghanem considera en declaraciones a Efe que los egipcios tienen un elevado capital ahorrado en la banca y han visto en esta iniciativa una buena oportunidad para moverlo.

Algunas cuestiones que preocupan a los inversores y economistas son las penalizaciones por retirar antes de tiempo el dinero invertido, el aumento del déficit presupuestario que puede provocar el pago de los altos intereses o la concentración del capital en unos pocos bancos en detrimento de otros.

Las autoridades han señalado que el pago de intereses se realizará a partir de los propios ingresos del canal y han impulsado la operación liberándola de impuestos.

Esta forma de financiación colectiva no es ajena a los egipcios, que ya en la década de 1960, durante la presidencia de Gamal Abdel Naser, participaron en iniciativas similares para dotar de recursos a la compañía nacional de hierro y acero, entre otras.

"Es bueno juntar a la gente en torno a objetivos como este", declara Taufiq, mientras que Ghanem cree que se necesita algo más que mostrar "un buen corazón".

Urgen en el país las inversiones en infraestructuras, destaca el experto de Brookings, sin olvidar la urgencia de implantar reformas frente a los graves problemas macroeconómicos, dotar de mayores incentivos a pequeñas y medianas empresas, y luchar contra la corrupción para revitalizar la economía egipcia.

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