Wall Street suma tres días de números rojos y el S&P 500 pierde los 1.900

Emilio López Romero

Nueva York, 13 oct.- Wall Street acumuló hoy su tercera jornada consecutiva de números rojos y el Dow Jones cayó más de 200 puntos, mientras el selectivo S&P 500 perdió la barrera de los 1.900 enteros, a la espera de una nueva tanda de resultados empresariales.

Los principales indicadores del parqué neoyorquino volvieron a cerrar este lunes con fuertes pérdidas tras una sesión en la que no se conocieron datos económicos de relevancia y a la espera de que mañana continúe la temporada de cuentas trimestrales.

En el ánimo de los inversores en Nueva York siguen planeando las dudas en torno a la evolución de la economía mundial, especialmente por las señales negativas que llegan en torno a la situación en la zona del euro.

El Dow Jones cayó hoy un 1,35 % y se ubicó en 16.321,07 puntos, mientras que el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan algunas de las mayores tecnológicas del mundo, se dejó un 1,46 % hasta situarse en 4.213,66 unidades.

Peores fueron las cosas en el otro indicador de referencia en Wall Street, ya que el selectivo S&P 500, que mide la evolución de 500 de las mayores empresas del país, bajó un 1,65 % hasta ubicarse en los 1.874,74 enteros.

Wall Street volvió a vivir una jornada de gran volatilidad en los tres índices, que se dividieron entre las compras y las ventas hasta el tramo final de una sesión en la que el Dow Jones terminó cayendo más de 200 puntos.

Los mercados están a la espera de los resultados empresariales en los próximos días de algunos gigantes de Wall Street como Citigroup, JPMorgan, Wells Fargo o Bank of America, y otros colosos como American Express, eBay, Netflix, Google o General Electric.

En otros mercados, el petróleo de Texas caía por debajo de los 85 dólares el barril y se situaba en niveles que no veía desde hace cuatro años, mientras que el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba en torno a 1,27 dólares.

La caída en los precios del crudo coincide con un exceso de oferta de los productores, una reducción en las compras de regiones como Europa y China y divergencias en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).