El Banco de España calcula que a la banca le faltan 2.300 millones para ser rentable

  • El gobernador, Pablo Hernández de Cos, insta al sector a realizar un esfuerzo adicional en saneamientos y costes para elevar un 13% el beneficio.
Fachada del edificio del Banco de España situada en la confluencia del Paseo del Prado y la madrileña calle de Alcalá.
Fachada del edificio del Banco de España situada en la confluencia del Paseo del Prado y la madrileña calle de Alcalá.
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Los bancos españoles tienen que elevar su beneficio conjunto en unos 2.300 millones de euros anuales para alcanzar los nuevos niveles de rentabilidad que exige el mercado y dejar atrás un periodo en el que su cotización, salvo contadas excepciones, apenas alcanza la mitad de su valor en libros. Este es el cálculo que hace el Banco de España, que acaba de desvelar que el coste del capital -entendido como el retorno que buscan los inversores- se sitúa en el 7% en la actualidad, frente a las cotas anteriores de entre el 8 y el 10%.

Según los datos del supervisor, el beneficio acumulado por la banca en los últimos doce meses se sitúa en el entorno de los 18.000 millones de euros, lo que arroja un retorno sobre el capital (ROE) del 6,2%. Para alcanzar el deseado 7%, por tanto, las ganancias anualizadas tienen que crecer en casi un 13% -equivalente a algo menos 2.300 millones de euros- hasta situarse cerca de los 20.300 millones de euros. Esta exigencia, en cualquier caso, es significativamente inferior a los 28.900 millones de euros que debería cosechar el sector para situar su rentabilidad en el 10% que el mercado pedía en años anteriores.

Pese a que la magnitud de semejantes cifras pueda resultar impactante, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, mostró ayer a las entidades el camino para conseguirlas, que básicamente consiste en eliminar el ladrillo tóxico y en continuar con los recortes de personal y oficinas. En su opinión, reducir la morosidad desde el 5,3% actual hasta los mínimos vistos antes de la crisis (0,26%) y suprimir del balance los 40.000 millones en inmuebles aportaría 1.700 millones de euros al resultado del sector. Además, conseguir vía ahorros de costes que la ratio de eficiencia -indicador que mide la relación entre ingresos y gastos- alcance el 43,2% de 2009 supondría ganancias adicionales de 3.000 millones de euros.

Con estos ejemplos el gobernador quiso demostrar a la banca que el entorno de bajos tipos de interés no es el culpable de todos sus males y que, mediante el uso adicional dos palancas que ya han empleado durante los últimos años, se podrían conseguir casi 5.000 millones de beneficio extra que elevarían sus bajos niveles de rentabilidad -uno de los principales riesgos a los que se enfrenta el sector- por encima del nivel que exigen los inversores para destinar su dinero al sector bancario.

Pide a la banca que deje de quejarse de los tipos de interés

Y es que el sector financiero atribuye sus escasos retornos, principalmente, al escenario de tipos de interés en negativo que impone el Banco Central Europeo (BCE). Hernández de Cos, en cambio, destinó buena parte de su intervención en el tradicional evento bancario que celebra el IESE junto a EY a finales de año a defender los efectos positivos que ha tenido la política monetaria sobre el conjunto de la banca en los últimos diez años. “Fijémonos en lo que es importante y no solo en los tipos de interés”, dijo el gobernador.

De hecho, según el Banco de España, el incremento de los créditos morosos y la caída del crédito experimentada en la última década es la que explica el 70% de la caída del margen de intereses desde 2007. Este indicador refleja el negocio bancario tradicional y mide la diferencia entre lo que cobra el banco por dar financiación y lo que paga por tomar prestado el dinero de sus clientes. En los últimos diez años ha caído desde el 1,4%, hasta niveles cercanos, pero inferiores al 1%.

Las palabras de Hernández de Cos, no obstante, tuvieron réplica desde el sector financiero. José Sevilla, consejero delegado de Bankia, lanzó un dardo a los reguladores y a los supervisores al asegurar en el mismo acto que la escasa valoración en bolsa de los bancos no se explica solo por la baja rentabilidad, sino también por la “incertidumbre” que genera un “mapa regulatorio” que no está terminado y que urge completar para dar claridad a los inversores.

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