Bruselas asume que sus reglas castigan a los bancos pequeños y las “ajustará”

  • El Europarlamento tramita una propuesta de la Comisión Europea para aliviar las exigencias en reportes de información o riesgos de mercado.
Imagen de euro
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L.I.

La avalancha normativa que sobrevino al estallido de la crisis de 2007 para evitar que los salvamentos de los bancos volviesen a correr a cargo del contribuyente impuso severos requisitos al sector sin distinciones. Desde la industria se reivindicó casi al instante una proporcionalidad que empieza a calar entre el regulador. En Europa trabaja ahora para aliviar distintos requerimientos a las entidades de menor dimensión tras constatar que el mero cumplimiento de las reglas les acarrea costes desmesurados e innecesarios.

El proyecto busca introducir “proporcionalidad” en el cálculo por riesgo de mercado y en la rendición de información sobre exposiciones, gestión o de políticas y esquemas de retribución con sus gestores y alta dirección, indican expertos próximos al regulador. Para aliviar la carga limitará, por ejemplo, estos reportes con un régimen de divulgación de información más proporcionado al tamaño y complejidad de la entidad, distinguiendo además de forma decisiva entre no cotizadas y cotizadas.

A las no cotizadas y de menor complejidad solo les obligará a divulgar determinada información sobre gobernanza, remuneración y gestión de riesgos con carácter anual, frente a los reportes semestrales; que mantendrá, con mayor periodicidad en ciertos aspectos, para las grandes y aquellas cuyas acciones se negocien en mercados organizados. “Se espera que reduzcan los costes administrativos y de cumplimiento de esas entidades”, argumenta la Comisión Europea en su proyecto de revisión normativa.

Gigantescos equipos para cumplir con los reportes

Las entidades llevan años alertando de que ese simple ejercicio de entrega de complejísima y detallada información les obliga a disponer de equipos dedicados exclusivamente a “cumplimiento” y mantener en nómina a legiones de consultores, que disparan sus costes regulatorios de forma desproporcionada. El sector se queja doblemente porque estas facturas crecen cuando la escasez de negocio hace imperativo ajustar al máximo la partida de gastos para ganar una rentabilidad que garantice la viabilidad del negocio.

La propuesta de Bruselas busca “modular” el reglamento y la directiva de capital de las entidades financieras aprobados en 2013. La emitió a finales de 2016 y actualmente se encuentra en pleno proceso de trámite parlamentario en la Unión Europea. En su texto, el Ejecutivo comunitario incluye un mandato a la Autoridad Bancaria Europea (EBA) para que efectúe un cálculo del coste que acarrea a la banca presentar la información reglamentaria antes del ejercicio 2020, y para que simplifique además las plantillas a presentar por parte de las entidades.

No es la primera vez que la Unión Europea tiene que suavizar requerimientos impuestos tras el colapso de incontables bancos por culpa de la crisis financiera. Bajo la máxima de garantizar que las entidades construían colchones de reservas lo suficientemente grandes para que no se repitan nuevas quiebras y evitar una asunción peligrosa de riesgos, elaboraron un esquema normativo que la banca ha tachado de excesivo en numerosos aspectos.

Volverá a aliviar el capital para prestar a pymes 

El argumento principal de la industria financiera es que sobrecargar al sector con requerimientos castiga de forma indirecta a la economía, al restringir su capacidad de financiación o elevar la aversión a prestar porque lleva implícito tener que acumular mayores huchas de capital.

Las autoridades negaron que hubiese evidencias de que aumentar la demanda de capital traba su capacidad para prestar, pero en 2015 se suavizaron algunos criterios. En particular, se “despenalizó” la financiación a pymes, rebajando el porcentaje de recursos propios que un banco está obligado a apartar cuando les otorga un préstamo.

El proyecto de revisión del marco normativo que la Comisión Europea remitió al Europarlamento busca dar otra pequeña vuelta de tuerca en esa misma dirección también. Según su texto, la Comisión “ha examinado el riesgo de los préstamos destinados a pymes y a la financiación de proyectos de infraestructuras y ha llegado a la conclusión de que, en el caso de algunos de esos préstamos, estaría justificado aplicar requisitos de fondos propios inferiores a los aplicados hasta ahora”. Su sugerencia es que, igual que se alivió el coste de capital en préstamos a pymes inferiores a 1,5 millones, se haga para financiaciones superiores porque este tipo de compañías carecen de la complejidad y riesgos de las grandes corporaciones.

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