El Corte Inglés revela las cartas de su ejercicio completo para olvidar los del pasado año, los peores de su historia. La cadena de grandes almacenes ha regresado a beneficios y lo ha hecho tras anotarse 120 millones de ganancias. Pero la facturación de la compañía, que se ha disparado más de un 20% respecto al ejercicio anterior, sigue todavía sin alcanzar las cifras previas a la crisis del coronavirus, principalmente porque no todas sus líneas de negocio se han recuperado al mismo ritmo con el paulatino fin de la pandemia.
Según ha adelantado la compañía en un comunicado oficial, el grupo ha cerrado el ejercicio fiscal 2021/2022 (finaliza en febrero) con una cifra de negocios consolidada de 12.508 millones de euros, lo que supone un incremento del 21,93% respecto al año anterior. Sin embargo, la cifra todavía está lejos de los 15.260 millones en ventas que se anotó en 2019, es decir, sin que los efectos derivados de la pandemia, como los cierres y límites de apertura, estuvieran presentes.
Sin duda, la mejor noticia es el regreso a beneficios. La compañía ha cerrado el año con 120 millones de ganancias y el beneficio operativo (ebitda) se sitúa en torno a los 805 millones de euros. La cifra contrasta enormemente con las reportadas el pasado ejercicio, cuando las pérdidas fueron de 3.000 millones por la crisis sanitaria y las provisiones extraordinarias al anotarse un ajuste contable en sus activos.
La clave de estos resultados está en el comportamiento de su negocio. Mientras el retail empujó al grupo y fue nuevamente el corazón del negocio -en su primer trimestre de 2022 sí registra datos superiores a los de 2019-, la actividad de Viajes El Corte Inglés siguió acusando las variantes del virus hasta el final de 2021 (primero fue Delta y luego Ómicron) y las consiguientes restricciones para frenar su propagación. Pese a ello, las ventas de su división turística mejoraron notablemente y alcanzaron los 984,39 millones de euros.
El rendimiento del negocio fue dispar. El área de retail se ha recuperado mucho más rápido que el negocio turístico de Viajes El Corte Inglés
Otro segmento del negocio a analizar ha sido el de alimentación. Fue uno de los que más pesó dentro del mix de ingresos de la compañía, porque aportó 2.648 millones en ventas. No obstante, esta es la única división que registra un leve descenso (-4,8%). La razón está más que justificada, ya que el sector vivió en el primer año covid un boom derivado de las compras copiosas y dirigidas al aprovisionamiento en los meses más duros de la pandemia.
El área de Seguros, que mostró un comportamiento excepcional durante el covid al no perder el pulso de ventas, sigue creciendo. La compañía destaca en su nota que "la actividad ha mantenido una senda ascendente con unos ingresos de 217 millones de euros (un 2,8% más que el año anterior) y un Ebitda de 98 millones, lo que supone un incremento del 5,4%".
Un año frenético
Al margen de las cifras, El Corte Inglés vivió el pasado año un ejercicio repleto de operaciones trascendentes. Quizá la más recordada sea la entrada de Mutua en el capital al adquirir una participación del 8%. Esta alianza se combinó con la adquisición del 50,01% de cada una de las dos sociedades que desarrollan la actividad aseguradora de El Corte Inglés por parte del grupo asegurador: SECI (Seguros de Vida y Accidentes) y CESS (Correduría de seguros).
Del lado de la situación patrimonial, la deuda del grupo se ha reducido significativamente tras varios hitos. La liquidación de la primera emisión de bonos por importe de 600 millones de euros, por un lado, y la refinanciación de 2.600 millones de euros con la banca, por otro. Además, este acuerdo con el pool de entidades financieras se ha llevado a cabo calificando la deuda de ECI como investment grade, lo que se traduce en menores coste y mejores condiciones.
El último de estos grandes episodios ha sido la salida del hasta entonces consejero delegado, Víctor del Pozo, y la toma del poder ejecutivo por parte de la presidenta Marta Álvarez. El cese de Del Pozo se conoció poco después de cerrar el ejercicio fiscal de la compañía y fue paliado con el fichaje de dos directores generales: el de José María Folache, quien regresaba a la que durante muchos años fue su casa, y el de Santiago Bau, que llegaba desde Goldman Sachs.
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