La invasión de Rusia a Ucrania ha provocado una estampida de empresas que operan en Moscú. Este lunes ha sido el turno de la multinacional sueca de telecomunicaciones Ericsson, que ha anunciado la suspensión indefinida de sus negocios en el país que dirige Vladimir Putin.
La compañía ya había cancelado a finales de febrero los envíos a clientes en Rusia, pero mantiene un diálogo con estos y con sus socios en ese país en relación con el cierre, según ha informado la compañía en un comunicado que recoge la agencia Efe.
"La prioridad ahora es centrarse en la seguridad y el bienestar de los empleados de Ericsson en Rusia, que estarán de baja remunerada", consta en el escrito publicado. La firma sueca ha hecho una provisión de 900 millones de coronas (88 millones de euros) en el primer trimestre por deterioro de activos y otros costes excepcionales. De los que cerca de un tercio de esa cantidad tendrá impacto en el "cash flow" (flujo de caja) de la compañía.
Ericsson se une así a otras grandes firmas suecas como la compañía de muebles Ikea y la cadena de moda H&M, que ya abandonaron hace semanas el mercado ruso por el conflicto bélico con Ucrania. El grupo de telecomunicaciones nórdico presentó hace unas semanas un beneficio neto en 2021 de 23.000 millones de coronas (2.196 millones de euros), un 30% más interanual.
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