La 'reina' de las galletas se jubila con el relevo listo... pero sin una tregua familiar

  • María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas pasa a ocupar la presidencia de honor de la compañía y nombra a a su hija como su sucesora. 
María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, hasta ahora presidenta de Gullón.
María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, hasta ahora presidenta de Gullón.
Gullón

Llegar a Aguilar de Campoo, en Palencia, es sinónimo de empezar a salivar. El olor a galletas se puede percibir desde antes incluso de llegar al pueblo. Parte de la 'culpa' de esto la tiene María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, hasta ahora presidenta de Gullón, que durante casi cuarenta años ha llevado a otro nivel a la compañía. Ahora, ha llegado el momento de pasar al retiro, pero, según dicen los que la conocen, "es un colibrí y seguirá por la fábrica". Eso sí, puede haberse abierto un nuevo frente en una guerra familiar que tiene largo recorrido. 

La recién jubilada ha querido dejarlo todo "bien atado" y tras las cuitas familiares que se produjeron hace ya varios años, María Teresa ha decidido poner al frente de la compañía, como su sucesora, a su hija Lourdes. "Lleva en el consejo más de diez años y no le va a resultar nada nuevo", confirman fuentes conocedoras del proceso. 

En cambio, a la vez que se ha producido este cambio, se ha producido un movimiento estratégico. Los hermanos de la recién nombrada presidenta -Hernán, Rubén y Félix- salen del consejo. ¿Se avecina una nueva lucha entre hermanos? Lo cierto es que este órgano estará formado a partir de ahora por solo por tres miembros: Lourdes Gullón, Salvador Ruiz Gallud y Juan Miguel Martínez Gabaldón. 

Además, la recién jubilada directiva seguirá muy ligada a la empresa, ya que ostentará el cargo de presidenta de honor y, tal y como señalan varias personas cercanas, "seguro que se seguirá pasando por allí. Va cada día a la fábrica y lo hace por medio del campo, saltando de un lado a otro", confirman. 

"Gullón es y ha sido mi vida, y estoy profundamente orgullosa del trabajo que hemos realizado a lo largo de estas décadas. Cuando asumí la presidencia, Gullón era un pequeño negocio con escasas posibilidades de subsistencia, que con el paso del tiempo hemos convertido en el principal fabricante de galletas de nuestro país. Hoy doy el relevo a la siguiente generación convencida del gran futuro que le espera a esta compañía", ha explicado la propia Sainz-Rozas. 

Lo cierto es que en 1983, cuando llegó a la empresa, Gullón contaba con una facturación de apenas seis millones de euros, su presencia era exclusivamente nacional y tenía alrededor de 120 trabajadores. Hoy en día, la compañía factura 360 millones, vende sus productos en 120 países -tiene filiales en Portugal, Italia, Reino Unido y Francia- y acumula más de 1.500 empleados.

Con el relevo generacional anunciado este lunes, se da paso a la cuarta generación de la familia Gullón al frente de la galletera desde que en 1892 Manuel Gullón pusiera en marcha la compañía. Lourdes, la ya presidenta, siempre se ha mantenido al lado de su madre -en todo el proceso de guerras internas- y eso le ha valido para hacerse con el puesto que hasta ahora ostentaba su progenitora. 

Las luchas familiares

En 2009, los tres hijos varones de la hasta ahora presidenta, gracias a su mayoría en el consejo de administración, acordaron la destitución de su madre del cargo y del ahora recién nombrado CEO, Juan Miguel Martínez Gabaldón, por aquel entonces director general. 

Solo unos meses después se llevó a cabo un golpe de efecto que cambiaría totalmente el devenir de la sociedad. Los accionistas mayoritarios, la propia María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, su hija y ahora presidenta, Lourdes Gullón, y el ex director general, Juan Miguel Martínez Gabaldón, que controlaban el 80,25% del capital, celebraron una junta extraordinaria de accionistas en un coche y en ella la recién jubilada recuperó el control de la compañía al disolverse el consejo de administración y convertirse en administradora única de la sociedad.

El cisma familiar se había abierto y duró varios años. Ya en 2014 María Teresa Rodríguez adelantaba sus intenciones sobre su sucesión. "La empresa va a ser para mis hijos, pero cuando yo quiera, no cuando ellos digan. No veo a mi hijo pequeño en este momento como director general, debería esperar un par de años", aseguraba en 2014. 

Fue entonces cuando las aguas comenzaron a calmarse y María Teresa Rodríguez decidía reincorporar al consejo de administración a sus tres hijos varones. Ahora, y con la lucha familiar en paz, la 'reina' de las galletas ha decidido dar un paso atrás y dejar -al contrario de lo que opinaba en 2014- a su hija Lourdes al frente de la compañía lo que asegurará "un relevo fácil". ¿Todo en orden?

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