Robles retoma las inversiones

La Armada explora un segundo astillero para su nuevo buque además de Navantia

  • El plan estratégico correspondiente al periodo 2018-2020 recoge la construcción del nuevo BAM-IS para salvamento y rescate de submarinos.
Futuro BAM-IS
Futuro BAM-IS
Infografía BAM-IS

En 2017 el ministerio de Defensa, siendo la titular de la cartera María Dolores de Cospedal,  hizo público el primer paso para construir una nueva generación del Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS). Se trata de unas novedosas plataformas que operarán como buques de apoyo para operaciones de buceo y para el salvamento y rescate de submarinos  y que, como es lógico, se prevé que estén operativas antes de la entrada en servicio del primer submarino S-80. Defensa reanudaba así sus inversiones en obra naval, tras una sequía importante que rozaba la década. Una política de inversiones logísticas que ha retomado la cartera de Margarita Robles.

Siempre se ha pensado que el contrato beneficiaba directamente a Navantia, que ha puesto su sello en el BAM Audaz (del astillero de San Fernando, Cádiz) y el 'Furor', de las instalaciones de El Ferrol, A Coruña. Entonces la Armada puso sobre la mesa un nuevo proyecto que requería un desarrollo técnico y que tres años después está avanzando. Sin embargo, según ha podido saber este medio, aún no se han iniciado los trabajos y se explora un segundo astillero además de Navantia para ejecutarlos. 

Es decir, se baraja un segundo astillero de titularidad privada para este encargo. Aunque no es sencillo que esto se materialice, la decisión marcaría un hito, dado la poca carga de trabajo que acusan las factorías públicas, que pugnan por cada encargo civil y militar. A día de hoy- aunque Navantia tiene estos barcos en el plan estratégico 2018-2020- no se han empezado a construir en ninguna de sus instalaciones.

Este pasado agosto, la Armada -tras finalizar la etapa de Definición de Requisitos- inició la etapa de la Determinación de la Alternativa de Obtención, y se completó con la firma del Documento de Viabilidad (DDV). Ya se ha establecido oficialmente el Programa BAM-IS, que es responsabilidad de la Dirección General de Armamento y Material (DEGAM). Este organismo está desarrollando los hitos documentales correspondientes como son las Especificaciones de Diseño y Programa. Es decir, todo el armazón administrativo para poner en marcha el buque. 

Para los neófitos, la Armada cuenta con el buque de Salvamento y Rescate Neptuno, que usa como plataforma como buceo pero también como buque para operaciones de rescate de submarinos. Este buque está a punto de finalizar su vida útil. Fue botado en 1975 y lleva trabajando para la Armada desde 1988. Según fuentes del sector, el Neptuno tiene una capacidad limitada de rescate y tecnológicamente está por debajo de barcos similares de otros países. Tras la firma de la llamada 'orden de ejecución'  se prevén 36 meses para su construcción. 

Un proveedor para estar 15 días sumergido

El nuevo BAM-IS está ligado al nuevo submarino S-80. Aquí, hay un nuevo hándicap para la ejecución de este segundo proyecto. El pasado diciembre, Navantia anunció que había completado el cierre del casco resistente del primero de los cuatro submarinos de la clase S-80 de la Armada española, que construye en el astillero de Cartagena, en Murcia. Concretamente, el S-81 Isaac Peral. De esta forma, tal y como informó la compañía en un comunicado, tras la finalización de la unión de la última sección, el submarino "queda constituido como buque completo".

Pero aún falta un tema importante para botar este submarino, un hecho previsto para octubre de 2020. Se trata del reformador de bioetanol, un dispositivo encargado de producir el necesario hidrógeno para producir electricidad en todos los sistemas del S-80, incluido el motor principal. Técnicamente se llama AIP (Sistema Independiente del Aire) y permite que el submarino pueda permanecer quince días bajo el agua sin tener que salir a la superficie, algo hasta ahora imposible para los submarinos de propulsión diesel-eléctrica y sólo al alcance de los nucleares. 

Pues bien, este reformador tan vital aún no tiene proveedor. Abengoa y Técnicas Reunidas son las empresas españolas que han desarrollado demostradores de la tecnología AIP. Según ha podido saber este medio, la decisión aún no está tomada, aunque se espera que sea este invierno para no desvirtuar los plazos previstos. No hay que olvidar que en 2007, Abengoa, a través de su filial Hynergreen, ahora Abengoa Hidrógeno, se adjudicó en el año el diseño y construcción de esta solución clave en los submarinos S-80. 

Como el programa no avanzaba según lo previsto, Defensa optó por no apostarlo todo al diseño de Abengoa y recurrió a Técnica Reunidas, para que desarrollara otro sistema AIP. El contrato con Abengoa no fue formalmente rescindido e incluso el Secretario de Estado de Defensa de esas fechas, Pedro Argüelles, aseguró que seguía vigente. Más de una década después, la decisión no está tomada.

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