La banca sigue enganchada al BCE: debe refinanciar 170.000 millones en tres años

  • Las entidades acopiaron fondos a manos llenas para abaratar su propia deuda y conceder préstamos aprovechando su 'gratuidad'
Gráfico sobre la financiación del BCE a la banca española.
Gráfico sobre la financiación del BCE a la banca española.

Seis años después de tsunami que rompió el mercado interbancario y obligó al Banco Central Europeo (BCE) a regar de liquidez al sector financiero, la banca española continúa dependiendo de forma radical de su ventanilla. Las entidades adeudan aún 169.700 millones de euros al organismo, cuya devolución deberán encarar en distintas ventanas antes de marzo de 2021 y les obligará a buscar soluciones de refinanciación cuando la institución dirigida por Mario Draghi achique, como se espera, el volumen de esta disposición.

La cuantía supone aún hoy el 22,27% de todo el dinero prestado por la institución a los sistemas financieros europeos, una cuota solo superada por el 32,87% de la banca italiana cuyo recurso se ha disparado en los últimos meses a cuenta de la incertidumbre política en el país transalpino. El porcentaje ‘natural’ del sector español debería de estar más cerca del 12,56% de la denominada clave de capital del BCE y que corresponde a la participación del Banco de España en el capital del organismo calculada en función del peso de la población y del PIB sobre el total de la Unión Europea. El sector alemán, con dicho peso rozando el 26%, solo consumen el 12% de la financiación y Francia otro 15%, cuando su porción en la tarta del BCE supera el 20%.

En todo caso y a pesar de las elevadas cuantías, la actual dependencia nada tiene que ver con la situación de emergencia que llevó al sector al grifo del supervisor europeo en pleno ataque especulativo a los bonos del Tesoro en 2012, jugando a romper el euro; cuando Europa asistió a España para rescatar a la banca, y Draghi sofocó el incendio garantizando el despliegue de la artillería necesaria.

Del surtidor habían salido para entonces hasta 1,2 billones de euros y las entidades financieras españolas fueron receptoras de 400.000 millones, según un estudio analítico sobre el recurso del sector a la financiación del Eurosistema elaborado por el Banco de España. Sus autores reconocen que la cuantía continúa siendo elevada pero confían en la capacidad de las entidades para encarar el desafío vía refinanciaciones o amortización de dicha deuda gracias al “plazo dilatado de los vencimientos y las condiciones favorables que han mostrado los mercados financieros en el periodo más reciente”.

Tamaña voracidad surgió porque los bancos dejaron de prestarse entre sí prácticamente de un día para otro porque se extendió la desconfianza mutua en la salud de sus balances, hasta tal punto que se vieron forzados a salir a rebañar los ahorros de clientes con superdepósitos que ofrecían más del 4% de rentabilidad. Un gancho que se descubrió tóxico porque destrozaba márgenes y que el Banco de España consiguió erradicar a golpe de penalizar a sus oferentes con mayores exigencias de solvencia.

Los fondos tomados hoy en préstamo del BCE salen de las subastas extraordinarias de financiación que celebró entre 2016 y 2017 para restablecer el crédito en las economías. Gran parte de los 739.000 prestados entonces acabó en los balances de la banca española que, según desvela el estudio, utilizaron para abaratar emisiones excesivamente gravosas y dar préstamos a empresas y familias.

En el camino las entidades han mutado sus fuentes de financiación por las lecciones aprendidas de la crisis. Tras los graves apuros de liquidez sufridos al romperse el interbancario, espolearon la captación de depósitos de clientes y hoy suponen un 42% de sus recursos frente al 28% que representaba en 2008. Dicha barra donde las entidades se prestan entre sí fondos aporta apenas un 11% de los recursos frente al 18% de aquellos momentos, y está llamado a recuperar protagonismo cuando Draghi limite su grifo.

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