Controles, limitaciones para la actividad...

Los problemas a los que se enfrentan las empresas europeas para operar en UK

Business Europe -la mayor patronal de empresas europeas- y la Confederación de la Industria Británica piden a las autoridades “pragmáticos y flexibilidad” para minimizar el impacto para del cambio.

Efe
Los problemas a los que se enfrentan las empresas europeas para operar en UK
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El nuevo año también trae una nueva etapa en las relaciones comerciales entre Reino Unido y la Unión Europea, tras cerrar un acuerdo sobre la bocina permitió evitar un Brexit aún más duro, pero la transición no será fácil para las empresas europeas que deberán prepararse para nuevo papeleo, controles y limitaciones a su actividad en suelo británico.

El tratado, que se aplica de manera provisional desde ayer, minimiza el impacto de la salida definitiva de los británicos del mercado interior y la unión aduanera. Sin embargo, la premura con la que el texto ha entrado en vigor podría crear dificultades para aquellas empresas que no se hayan preparado para los nuevos controles, el papeleo, la burocracia y los posibles costes adicionales.

La ruta más importante entre el mercado europeo y el británico, la que une Francia y Reino Unido a través del Canal de la Mancha, no experimentó demasiados problemas. Sin embargo, que la salida del mercado único se haya producido en un día de fiesta podría haber ayudado a minimizar el impacto según John Keefe, portavoz de la empresa que gestiona el Eurotunel. “Siempre existió el riesgo de que si esto ocurría en un momento de más tráfico, podíamos tener algunas dificultades, pero está pasando de madrugada, durante un puente,” aseguró Keefe en declaraciones a AP.

Sin embargo, las autoridades portuarias en Irlanda reconocieron que algunos de los camiones procedentes de Reino Unido no habían cumplimentado la declaración de aduanas necesaria para el transporte de mercancías a partir de ahora y uno de cada cinco tuvo que darse la vuelta a falta de haber rellenado el papeleo necesario. Un ejemplo de algunas de las dificultades que pueden experimentarse en los próximos días.

Los representantes de Business Europe -la mayor patronal de empresas europeas- y la Confederación de la Industria Británica destacaron en un comunicado conjunto el tiempo limitado para traducir el acuerdo y lo que implica para las empresas que quieran operar en ambos mercados. Por eso, piden a las autoridades “pragmáticos y flexibilidad” para minimizar el impacto para del cambio.

Los grandes cambios

El acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido elimina cuotas y aranceles a las exportaciones e importaciones de bienes. Sin embargo, al abandonar los británicos el mercado único y la unión aduanera, cambian las normas que se aplican y volverán los controles en frontera y las declaraciones de aduanas, de IVA, y la necesidad de estar registrados en el país como importador o de contar con un certificado para los camiones.

Los productos que no estén sometidos a controles, como ropa o productos electrónicos solo necesitarán una declaración de aduanas y tener en cuenta el coste del IVA para productos importados. Sobre aquellos productos que no cumplan las normas de origen definidas en el tratado -aquellos que se consideran suficientemente europeos or británicos- podrían estar sujetos además a aranceles.

Las empresas españolas que quieran exportar a Reino Unido deberán tener en regla el papeleo necesario, buscar qué normas cambian en su sector y cumplir con ellas. Entre otras cosas, deberán cumplimentar una declaración de aduanas para que las mercancías puedan cruzar la frontera pero también adaptarse a la nueva regulación para las exportaciones, por ejemplo, de productos químicos.

En cuanto a los animales o los productos de origen animal, cambian también los requisitos sanitarios y fitosanitarios cuando se exporte a Reino Unido ya que las normas europeas no se seguirán aplicado en territorio británico. Lo mismo sucede con los productos de origen vegetal. Además, las exportaciones de pescado requerirían un certificado de captura.

Todo este papeleo necesario para estas mercancías será examinado en frontera o en destino, aunque en el caso de este tipo de productos los grandes cambios entrarán en vigor a partir de abril de este año.

Estos cambios pueden suponer costes extra, debido al papeleo adicional y los posibles retrasos que pueda ocasionar, lo que podría acabar repercutiendo en los precios de algunos productos para el consumidor. Además, también cambian las normas que afectan a las empresas europeas que presten servicios en Reino Unido, desde el fin del reconocimiento automático de las cualificaciones profesionales hasta la necesidad de visados para el establecimiento en el país.

Un impacto incalculable

Aunque el Brexit se materializó oficialmente el pasado mes de enero, las normas europeas se han seguido aplicando en territorio británico durante el periodo de transición que concluyó el pasado 31 de diciembre. Con la entrada en vigor del acuerdo comercial que los negociadores cerraron justo a tiempo para Navidad, la UE y Reino Unido han puesto fin a casi cuatro años de negociaciones, desde que los británicos decidieran abandonar la Unión en referéndum en junio de 2016.

El impacto económico para las empresas -y los ciudadanos- a ambos lados del Canal de la Mancha es incalculable pero será significativo y llega mientras tanto Reino Unido como la UE sufren una de las peores recesiones de la historia, a causa de las restricciones puestas en marcha para limitar la expansión del Covid-19 que sigue arrasando la isla, y en menor medida, el Viejo Continente.

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