Nuevos vehículos

¿Puede Seat reinventarse? El futuro de la automoción es la conectividad de la e-mobility

El destino de la histórica marca española pende de su capacidad para adaptarse al vertiginoso cambio tecnológico del sector automovilístico. Así se busca una forma de reinventar sus vehículos para ser más atractivos.

¿Puede Seat reinventarse? El futuro de la automoción es la conectividad de la e-mobility
¿Puede Seat reinventarse? El futuro de la automoción es la conectividad de la e-mobility
L.I.

Seat no se rinde tan fácilmente. A pesar de que desde su matriz, Volkswagen, parece que el plan es dejar morir a la histórica marca española de coches, la presión del Comité de Empresa para que la marca lance un modelo eléctrico podría abrir un resquicio de esperanza. Si a esto le sumamos el incipiente mercado que ya está brotando en torno al 5G, la gran pregunta es: ¿podrá Seat reinventarse y alinearse con las nuevas tendencias automovilísticas, como la conectividad y la e-mobility?

Porque, según un reciente informe de McKinsey, este es el único futuro. En el estudio se apunta a que más del 50% de los consumidores consideran que la conectividad en el coche es un factor clave a la hora de adquirir un nuevo vehículo. En este nuevo paradigma, la interacción entre el vehículo y el usuario se torna más compleja y sofisticada, brindando una experiencia de conducción más segura y cómoda. Si Seat quiere mantenerse como marca independiente, quizás no solo deba apostar por los coches eléctricos, sino convertirse en proveedor de soluciones tecnológicas.

Adaptación de los coches a la electrificación

En cualquiera de los dos casos, todo pasa por una adaptación en tiempo récord a la electrificación. Por ejemplo, las presiones desde el Comité de Empresa de Seat para que la firma desarrolle un modelo eléctrico se basan en datos que nos dibujan un horizonte inmediato alejado de los combustibles fósiles: según la Agencia Internacional de Energía, el número de coches eléctricos en el mundo pasará de 5 millones en 2018 a más de 130 millones en 2030.

El presidente del Comité de Empresa lamentaba la semana pasada el daño que se le ha hecho ya a la marca: "Ahora puede haber clientes que iban a comprar un Seat y que no lo van a hacer por pensar que a la marca le quedan unos pocos años. Y Seat tiene futuro. Se ha definido el camino de Cupra y ahora toca concretar el de Seat".

En este sentido, la decisión de Volkswagen de que “el futuro de Seat es Cupra” no implica necesariamente la desaparición de la marca española. Si hay algo positivo de haber estado bajo el paraguas del gigante alemán durante los últimos años es que debería servir para incorporar su experiencia y know-how en futuras líneas de vehículos eléctricos. Incluso para desarrollar nuevas soluciones tecnológicas centradas en la conectividad.

Sea como fuere, Seat, que ha sido durante años un pilar en el sector automovilístico español, se encuentra en una fase crítica. Y, por ello, debe demostrar que puede ser tan ágil y versátil como las startups tecnológicas que amenazan con relegar a las empresas tradicionales al olvido.

Porque el futuro de Seat es incierto, pero también lo es el de la industria automovilística en general. La conectividad y la e-mobility no son una moda pasajera, sino que constituyen el nuevo núcleo duro del sector. La pregunta que nos asalta es: ¿podrá Seat, una marca con más de 70 años de historia, reinventarse para ser parte de este nuevo horizonte que se avecina?

Mostrar comentarios