Food Delivery Brands, matriz de Telepizza, cambia su principal escalón directivo. La compañía controlada por el fondo de inversión KKR y dirigida por Jacobo Caller ha decidido separar el negocio de Iberia en dos unidades independientes y en paralelo dar más poderes a su director financiero. El cambio ha sido comunicado internamente esta semana y llega tras haber acometido un giro a su negocio, por una clara apuesta por las tiendas franquiciadas y el cierre de las propias en algunos de los mercados principales, en un momento en el que la espiral inflacionista está presionando sus principales márgenes.
La dueña de Telepizza ha nombrado a Laura García directora general de España, la principal plaza de la compañía por volumen de negocio, e Irlanda, que solo opera tiendas de una de sus marcas minoritarias, Apache. El otro cambio significativo es Ana Diogo, que pasa a asumir la dirección general de Portugal y Master Franquicias. Completa este nombramiento la promoción de José Luis Renedo, director financiero, de quien pasará a depender el equipo de global de desarrollo. Su misión será fijar un mayor control y eficiencia de las inversiones del grupo en la política de aperturas y en los nuevos modelos de tienda.
Se trata de tres personas ligadas a la casa. Laura García es, en palabras del propio CEO, "experta en el mercado de restauración rápida (QSR, por las siglas en inglés correspondientes en Quick Service Restaurants)", a la vez que una "gran conocedora del mercado latinoamericano", donde ha desarrollado con anterioridad funciones directivas, explica Caller en las cartas enviadas y consultadas por La Información. Diogo, por su parte, viene de ser la directora general de Iberia, unidad que ahora se segregará en dos para que los equipos de España y Portugal actúen de manera independiente.
Caller defiende esta segregación y añade que en paralelo se va a segregar la dirección general y el comité de dirección de Iberia en dos departamentos propios para cada mercado. "Reforzamos nuestra presencia y mejoramos nuestra operación en España y en Portugal, acercando la gestión en ambos países a través de equipos locales con amplia experiencia en la compañía y en el mercado de QSR", razona en una de las misivas enviadas.
El otro aspecto que resalta el consejero delegado es que "mantenemos a todas las personas que tienen relación con todos nuestros franquiciados, lo que permitirá que sustancialmente no notéis ningún cambio negativo en nuestro modelo de gestión". Las palabras vislumbran una vez más la apuesta de la cadena de restauración por este tipo de tiendas y no por las propias, como acreditó con el cierre de las tiendas Pizza Hut de su filial Mixor, que derivó a la postre en un ERE de más de 270 trabajadores.
Los cambios son los primeros que ejecuta Jacobo Caller desde que fuera ascendido a consejero delegado en septiembre del pasado año. Antes se produjeron bajas importantes, como la salida de Pablo Juantegui, su predecesor, que había pasado a ser presidente no ejecutivo para emprender una transición ordenada entre su etapa y la de Caller. También dejaron el proyecto los consejeros delegados en la región Emea y de Latinoamérica.
Evolución económica
Los cambios de Telepizza son los primeros tras haber presentado sus cifras semestrales a principios de agosto. La compañía reflejó en sus cuentas que la presión sobre los precios estaba haciendo mella en el negocio, sobre todo en los márgenes de beneficio. La compañía quiso tranquilizar al mercado y afirmó que iba a trasladar el repunte del coste del producto a franquiciados y también al producto final. En suma, la compañía declaró ventas por encima de las anotadas en 2019, pero al mismo tiempo insuficientes para esquivar las pérdidas.
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