WiZink Bank sigue dando pasos para lograr una mayor eficiencia en el marco de su revisión del negocio en España tras el nuevo escenario y la sentencia del Tribunal Supremo que determinó la usura de las tarjetas revolving. El banco propiedad del fondo Värde Partners ha decidido reducir su estructura societaria mediante la absorción de Aplazame y Lendrock, dos plataformas digitales que ahora serán unidades de negocio del grupo. Ambas compañías continuarán operando bajo su propia marca comercial, pero permitirán a la entidad juntar fuerzas para la generación de sinergias, sobre todo operativas.
El acuerdo común de fusión recoge que los principales propósitos de estas dos operaciones de integración son eliminar costes de gestión, de estructura, administrativos, mercantiles y contables, así como articular de forma más racional la gestión y el control de los negocios, lo que derivará en la generación de sinergias positivas para WiZink.
Se recortarán costes de gestión, administrativos y contables, a la vez que se articulará de una forma más racional el control de los negocios
Aplazame es una fintech de financiación instantánea en punto punto de venta para comercios físicos y electrónicos adquirida por WiZink en 2018, mientras que Lendrock es una plataforma 100% digital para facilitar la compra de vehículos de segunda mano con la que se hizo hace dos meses. Los respectivos consejos de administración acaban de aprobar estos cambios, aún condicionados a la obtención de la autorización del Ministerio de Asuntos Económicos, que se prevé recibir antes de final de año.
Los trabajadores de Aplazame y Lendrock mantendrán las mismas condiciones de trabajo, categoría profesional, salario o antigüedad y, por el momento, se descarta adoptar algún tipo de ajuste laboral como consecuencia de esta fusión. Además, los órganos de gestión tampoco sufrirán cambios, que seguirán integrados por ocho miembros en el caso de WiZink, por cinco en el de Aplazame y por tres en el de Lendrock.
Pretende volver a beneficios en próximos ejercicios
La entidad digital tuvo que cambiar de estrategia comercial transformando su negocio principal de tarjetas revolving después de que el Alto Tribunal se pronunciara sobre la usura en este tipo de contratos, por lo que decidió centrarse en otras actividades. Con su nuevo plan trienal para el periodo comprendido entre 2021 y 2023, pretende volver a beneficios en próximos ejercicios. Para llegar a esta conclusión, se apoya en su posición de solvencia y liquidez, que considera "apropiados" ante posibles recesiones de la economía. Su estrategia se fundamenta ahora en tres pilares: diversificar hacia nuevas soluciones de financiación, acelerar el crecimiento de Aplazame y transformar y digitalizar su negocio de tarjetas de crédito.
WiZink perdió 35,64 millones de euros durante el ejercicio 2020. Sin embargo, estos 'números rojos' son seis veces menores si se comparan con los 210,23 millones de euros de un año antes, las peores cuentas de su historia. El banco quiso extremar la prudencia en gestión del riesgo con una provisión extraordinaria de 61 millones de euros para protegerse ante potenciales impagos de clientes por el posible empeoramiento del entorno macroeconómico tras la crisis derivada del Covid-19. Como había anticipado las provisiones por litigios en revolving en 2019, no acometió ninguna dotación adicional por este frente.
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