Gestionará un presupuesto récord

1.000 millones: el relevo del Jemad pone los F35 en el punto de mira de la Armada

López Calderón tendrá que gestionar el mayor presupuesto con el que han contado los tres Ejércitos y un buen número de programas armamentísticos para unas Fuerzas Armadas sometidas a un fuerte estrés.

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La crisis desatada en el Ministerio de Defensa tras la petición de cese realizada por el general Villaroya ya tiene resolución. Esta vez viste uniforme blanco inmaculado y estará al frente de la jefatura del órgano que se encarga de preparar la fuerza, promulgar la doctrina militar nacional y establecer la Fuerza Conjunta.

El nuevo Jemad y antiguo Almirante Jefe de la Armada (AJEMA), Teodoro López Calderón, se incorporará a un cargo en el que ejercerá el mando de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas y el mando del Estado Mayor de la Defensa. Bajo la dependencia de la ministra de Defensa, López Calderón será el encargado de sacar adelante un importante número de expedientes que están en estos momentos en los cajones del Ministerio, empeñado, como pocas veces lo ha estado en su historia, en combatir una pandemia con un enemigo invisible. En esta lucha el Ejército está jugando un papel de primera línea, algo en el que su antecesor se dejó todo, incluido el cargo.

Desde un punto de vista presupuestario, este Almirante de 66 años tendrá que gestionar el mayor presupuesto con el que han contado los tres Ejércitos en la historia y un buen número de programas armamentísticos y de capacidades para unas Fuerzas Armadas sometidas a un fuerte estrés por su dedicación nacional y por su despliegue en misiones internacionales.

El Ministerio que dirige Margarita Robles ha optado por cumplir la regla no escrita de rotar el puesto de mayor relevancia en la carrera militar entre el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. Lejos de asumir una dirección pacífica, las primeras decisiones del nuevo JEMAD tendrán que abordar situaciones que, en algunos casos, son urgentes de necesidad. Entre sus nuevas responsabilidades, el JEMAD tendrá que proponer el sistema de armas que mejor se adapte a las capacidades de las FAS, algo que López Calderón tendrá que decidir muy pronto, quizá nada más jurar el cargo en el Ministerio.

Los 'deseados' F35

Este es el caso de la novena escuadrilla de la Armada, la única dotada de un caza, el Harrier AV-8B+, con capacidad para despegar y aterrizar verticalmente o en pistas cortas. Se trata de una especificidad que mantiene a la Armada como una de las pocas marinas de guerra del mundo que cuentan en su arsenal con una disposición aeronaval contundente.

Sin embargo, la antigüedad de estos aparatos, adquiridos en su origen en 1987, les pone fecha de caducidad para 2030. Tras una larga lucha contra la edad y gracias a una acertada política de participación en programas conjuntos de mantenimiento, junto a Italia y Estados Unidos, los "Harrys" dirán adiós para dar paso a otro caza polivalente que permita a España mantener viva esta capacidad de combate y protección a la flota.

La sustitución de los Harriers es de largo el programa más controvertido en el que se encuentra la Armada. La única aeronave del mundo capaz de ofrecer las mismas prestaciones de despegue vertical se encuentra en el F35B, un caza construido por la americana Lockheed Martin con un notable éxito, dados los países que se están dotando de su hermano gemelo, el F35A, y que ha supuesto durante cuatro años la piedra angular de la política de defensa y exteriores americana.

Como siempre, en todo lo que rodea a la industria armamentística, estas aeronaves son buenas, bonitas y caras. Adquirir una sola unidad de esta maravilla de la tecnología ronda los 100 millones de dólares. A esto habría que sumarle casi la mitad del importe en concepto de mantenimiento, formación y sustitución de piezas, además del coste de oportunidad que implicaría contar con apenas unos 12 cazas destinados a una misión concreta, en lugar de aprovechar las sinergias de cadenas de mantenimiento, piezas y personal del resto de unidades de las Fuerzas Armadas.

Para rizar más el rizo, el coste de hora de vuelo y el número de horas útiles del F35 no son precisamente meritorias, por lo que el Ministerio podría dedicar una importante suma de dinero a un artefacto que, en términos operativos, tendría una duración muy limitada. Este debate lleva años enconado en el seno del Ministerio de Defensa, que ve como cada ministro o ministra entrante y saliente aletargan la decisión.

Declaraciones de intenciones del Jemad

La Armada se ha manifestado en reiteradas ocasiones a favor de la opción americana. En un encuentro con periodistas, el almirante jefe de la división de Planes del Estado Mayor de la Armada, vicealmirante Gonzalo Sanz Alisedo, señaló la conveniencia de contar con él, ya que "está claro que la solución es única, el F35B".

En mayo de 2019, el Director General de Armamento y Material, almirante Santiago Ramón González Gómez, confesaba en una entrevista a 'ABC' que la prioridad de la Armada era continuar disfrutando de una capacidad "estratégica e irremplazable", para la que el único instrumento adecuado, a día de hoy, es de nuevo el F35B.

Pero si hay una declaración que compromete realmente las futuras intenciones de la Armada son las del hoy Jemad. Hace apenas un mes, López Calderón, en su calidad de Almirante Jefe de la Armada, afirmaba que el objetivo de su departamento era negociar directamente con Lockheed Martin, tras obtener el permiso de los Estados Unidos, pero evidentemente con unos retornos industriales y de otro tipo para España, de forma que "no sea solo un pago y la compra de un avión". El almirante recalcaba la necesidad de mantener operativa la 9ª escuadrilla, siempre que se incrementen los presupuestos.

La partida necesaria alcanzaría los 1.000 millones de euros (siempre que se opte por sólo 12 cazas polivalentes) en un momento en el que el Ministerio goza de los mayores presupuestos de su historia, pero que están en gran parte dedicados a sufragar y financiar gastos del pasado en forma de pagos adelantados al Ministerio de Industria a través de los Programas Especiales de Armamento hasta 2028.

Los tres Ejércitos siempre han destacado la importancia de rotar el puesto de Jemad, precisamente para compensar las decisiones de unos y otros al mando de las Fuerzas Armadas. En esta ocasión, López Calderón ya ha manifestado sus preferencias por mantener las capacidades aeronavales de España al completo. Una decisión que puede entrar en conflicto con un presupuesto secuestrado hasta, por lo menos, 2028 y en el que no paran de acumularse agujeros cada vez más difíciles de tapar.

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