LA AUDIENCIA NACIONAL JUZGA AL HOMBRE QUE LLEVÓ A 67 PERSONAS A SUDÁFRICA CON ENTRADAS FALSAS PARA LA FINAL DEL MUNDIAL DE FÚTBOL

La Audiencia Nacional juzga hoy a Pablo Casanova Freije por un presunto delito de estafa a 67 personas a las que vendió un viaje a Sudáfrica para presenciar la final del Mundial de fútbol de 2010, supuestamente con entradas falsas. La Fiscalía pide ocho años y seis meses de cárcel para este empresario.
Además de la pena de prisión, el fiscal pide una multa de 4.800 euros y que pague más de 373.000 euros a los afectados como reembolso de los paquetes contratados y por daños morales. Además, las compañías implicadas en el flete del avión reclaman el coste del combustible y los 349.708 euros que costó finalmente poner el vuelo.
Según el escrito de acusación del Ministerio público, el procesado, "con un propósito lucrativo ilícito", "ideó sacar a través de su agencia de viajes de Las Rozas (Madrid) unos paquetes por 2.495 euros" que incluían los vuelos de ida y vuelta, los traslados hasta el estadio y un pase para el partido, “con un propósito lucrativo ilícito”.
Casanova vendió este paquete pese a no contar con entradas para la final, que acabó ganando la selección española, ni disponer de dinero suficiente para hacer frente a los gastos de la reserva. Se le imputan delitos de estafa y falsificación en documento mercantil.
Según el relato del Ministerio público, el viaje, que tenía un coste superior al medio millón de euros, fue contratado con la empresa noruega Euroteam Travel AS. Casanova se limitó a pagar 46.895 euros por 46 pases falsos, aunque en su documentación figuraba que el pago fue de 220.000 dólares por 200 entradas. Además, falsificó un justificante bancario para simular que había hecho la transferencia a dicha compañía.
"Este era para justificar posteriormente ante terceros que había abonado todas las entradas y que había sido estafado, pero la transferencia no se llegó a efectuar. Y Euroteam es una empresa investigada por estafa en Noruega por la venta de entradas falsas para espectáculos", que cerró el flete de un avión con otra empresa a Johannesburgo por 575.400 euros.
Cuando la compañía le reclamó el pago por sus servicios, le presentaron los justificantes falsificados de dos transferencias, donde ponía que estas se habían hecho pero que el ingreso no sería efectivo hasta el 12 de julio, justo al día siguiente de que se celebrase la final del Mundial.
Los que compraron el paquete viajaron a Johannesburgo el 10 de julio. Una vez en las inmediaciones del estadio, el procesado y sus colaboradores dieron evasivas a los viajeros para no entregarles las entradas. Finalmente dieron las 46 falsificadas que les había entregado la empresa noruega. La mayoría de ellos no pudo entrar, aunque algunos consiguieron colarse.

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