Ataques yihadistas sangrientos y "sin precedentes" en Túnez, cerca de Libia

Túnez sufrió este lunes ataques simultáneos y "sin precedentes" en una región vecina de Libia, en los que murieron al menos 36 yihadistas, 11 miembros de las fuerzas de seguridad y siete civiles

El país ya fue golpeado el año pasado por atentados mortíferos. Las autoridades tunecinas anunciaron el cierre de su frontera con Libia, donde el caos político ha permitido prosperar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y reforzaron las patrullas terrestres y aéreas en la región.

"El objetivo de este ataque era trastornar la situación en materia de seguridad en nuestro país y establecer un emirato de 'Dáesh' (acrónimo en árabe del EI) en Ben Guerdane", dijo el jefe del gobierno Habib Essid. "Pero, gracias a todos los esfuerzos, a la cooperación entre nuestro ejército nacional y las fuerzas de la seguridad interior, la reacción fue fuerte y rápida", añadió.

Los ataques, registrados al amanecer, tuvieron por objetivo un cuartel del ejército, una comisaría de la policía y un puesto de la guardia nacional en Ben Guerdane, una localidad de 60.000 habitantes situada a escasos kilómetros de Libia.

En un balance aún provisional, los ministerios de Defensa e Interior señalaron que 36 yihadistas, seis guardias nacionales, tres policías, un aduanero y un soldado murieron en los enfrentamientos. Al menos otros siete civiles perdieron igualmente la vida en circunstancias no establecidas.

El número de extremistas implicados no fue precisado, pero las autoridades dijeron que había todavía operaciones "en curso para perseguir a los terroristas", de los cuales siete fueron detenidos.

Este lunes, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, condenó este ataque "coordinado" y "sin precedentes", que quizás tenía como objetivo "controlar" la región. "Los tunecinos están en guerra contra esta barbarie y estas ratas que vamos a exterminar (...) definitivamente", agregó en declaraciones transmitidas por la televisión pública

Las autoridades decretaron un toque de queda en Ben Guerdane, entre las 19H00 y las 05H00 locales, y el primer ministro Essid, que se entrevistó con el presidente Essebsi, pidió a los habitantes que estuvieran atentos.

Las escuelas y oficinas públicas estaban cerradas en Ben Guerdane, según testigos, y las fuerzas del orden patrullaban en las calles e incitaban por megáfono a los habitantes a permanecer en sus casas, según un corresponsal de la AFP en el lugar. Sobre algunos tejados se podía ver a soldados montando guardia.

Hacia el anochecer, continuaban los intercambios de disparos en el lugar. Un poblador de la localidad comentó a una radio privada que se había cruzado con hombres armados que dijeron "pertenecer al EI". "Nos ordenaron decir: 'Alá Akbar (Dios es grandes)', y lo dijimos", declaró.

Imágenes que circulan por internet mostraban a algunos habitantes observando y aplaudiendo a los soldados. "¡Viva Túnez! ¡Dios es grande!", gritaban mientras se escuchaban todavía disparos.

Entre las víctimas civiles de los enfrentamientos figura un niño de 12 años, precisó a la AFP un responsable del hospital de la ciudad, Abdelkrim Chafrud.

Además del cierre de los puestos fronterizos por un tiempo indeterminado, las autoridades también cortaron durante la mañana la carretera costera que lleva de Ben Guerdane a Zarzis (norte).

Túnez debe hacer frente desde la revolución de 2011 al auge de un movimiento yihadista responsable de la muerte de decenas de policías y de soldados, así como de turistas extranjeros.

El miércoles pasado, cinco extremistas armados provenientes de Libia murieron en Ben Guerdane cuando la guardia nacional tomó por asalto la vivienda en la cual se habían atrincherado.

Un civil falleció debido a una bala perdida, y un comandante resultó herido.

Cuatro de esos hombres eran de nacionalidad tunecina, según las autoridades, que dijeron haberse incautado de un arsenal: fusiles Kalashnikov, cinturones de explosivos, municiones y granadas caseras.

Francia y Alemania condenaron los ataques. El presidente francés François Hollande destacó: "Francia está junto a Túnez que, una vez más, fue atacado por ser un símbolo".

Por su parte, el jefe de la diplomacia alemana Frank-Walter Steinmeier, denunció un nuevo intento "de desestabilización de la democracia tunecina".

Túnez, que tiene más de 5.000 ciudadanos en las filas de organizaciones yihadistas en el extranjero según diversas estimaciones, expresa regularmente su preocupación sobre la situación en Libia.

Para tratar de protegerse, el gobierno tunecino terminó hace poco la construcción de un "sistema de obstáculos" en cerca de la mitad de los 500 km de frontera común entre los dos países.

Los puestos fronterizos ya habían estado cerrados a finales del año pasado durante 15 días tras el atentado suicida contra la guardia presidencial en Túnez (12 muertos), reivindicado por el EI.

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