BARBERÁ. EL GOBIERNO LLAMA A “REBAJAR EL TONO” POLÍTICO Y MEDIÁTICO TRAS LA MUERTE DE BARBERÁ

- Juzga "chocante" el grado de "dureza" de la política española y avisa de que este comportamiento puede dificultar los acuerdos. El Gobierno ve necesario que políticos y medios de comunicación rebajen el “tono” tras el fallecimiento de Rita Barberá. En este sentido, considera que sería “bueno” evitar de cara al futuro insultos y descalificaciones que puedan dañar el “honor” de las personas.
Fuentes gubernamentales hicieron estas consideraciones después de que Barberá muriese este miércoles y se abriese un debate en el PP sobre el papel que han tenido los políticos y los periodistas en el tratamiento de este caso, una vez Barberá empezó a ser investigada por la Justicia.
El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, reclamó esta semana una reflexión a los medios de comunicación que ejercieron contra Barberá “un periodismo de acoso y de escrache”. “Que piensen si hoy tienen la conciencia limpia y tranquila”, demandó, argumentando que “es muy difícil ser capaz de resistir” la persecución mediática.
Las mismas fuentes creen que ha habido “cosas muy exageradas” en el trato que se propinó a Barberá y, en consecuencia, llaman a “rebajar el tono” y el “nivel” para no llegar a “descalificativos” que puedan dañar severamente el honor y la presunción de inocencia de los afectados.
Piden que “todos”, tanto políticos como periodistas, sean conscientes de las implicaciones que pueden tener determinadas manifestaciones. En este sentido, juzgan “chocante” el grado de “dureza” de la política española.
Ven en ello un hándicap para rubricar acuerdos entre distintos, más aún en una legislatura donde el PP gobierna en minoría y necesariamente ha de apostar por el consenso para abordar los grandes retos y reformas que tiene por delante el país.
En esta línea, reflexionan que la presunción de inocencia también atañe a la política, porque si no “entraríamos en la ley de la jungla”. Por último, recuerdan que la que fuera senadora por designación territorial conocía los pactos del PP con Ciudadanos y por ello entendió que tenía que dar un paso atrás, aunque lo hizo creyéndose “injustamente” tratada.

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