"Nada es simple en Bélgica", firmante del acuerdo comercial UE-Canadá

"Nada es simple en Bélgica, pero pocas cosas son imposibles", tuiteó este sábado con ironía el ministro de Relaciones Exteriores belga, Didier Reynders, quien firmó en nombre de su país el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA) tras semanas de discordias en Bélgica.

La firma belga tuvo lugar en el Palacio de Egmont, sede del ministerio de Relaciones Exteriores en Bruselas, en presencia de la Comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, que negoció el tratado en nombre de los 28.

Está previsto que la UE y Canadá firmen el CETA este domingo en Bruselas, en presencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Una vez ratificado por el Parlamento Europeo, en los próximos meses, se pondrá en marcha parcialmente y de manera provisional, hasta que sea aprobado por el conjunto de los parlamentos nacionales de los Estados miembros, un procedimiento que podría tomar años.

Bélgica, dividida, tuvo que hacer frente a varios problemas antes de encontrar una posición común sobre el tratado, lo que retrasó 'de facto' la firma por parte de la UE del acuerdo.

Varios de sus Parlamentos locales, como el de la región francoparlante de Valonia, se opusieron firmemente al tratado, temiendo por su sector agrícola y rechazando la creación de jurisdicciones 'ad hoc' para solucionar las discrepancias entre las multinacionales y los Estados.

Tras horas de ásperas negociaciones, los belgas llegaron a un acuerdo, que plasmaron en una declaración conjunta para modificar el CETA.

Según este texto, Bélgica solicitará a la Corte de Justicia de la UE que dictamine si el tribunal de arbitraje (ICS) que se instauraría con el CETA en caso de conflicto entre un inversor y un Estado es compatible con los tratados europeos.

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