La Comisión busca obligar a los lobistas a inscribirse en un registro antes de poder contactar con los funcionarios de tres instituciones europeas, anunció este miércoles el vicepresidente Frans Timmermans, tras los recientes escándalos que afectan a dos ex miembros del ejecutivo comunitario.
"Los ciudadanos tienen derecho a saber quién intenta influir en el proceso legislativo de la UE. Proponemos una regla simple: Ninguna reunión (...) sin registro", explicó el vicepresidente en rueda de prensa.
Para Timmermans, los ciudadanos conocerán así quién hace presión, a quién representan los lobistas y cuánto gastan. "El registro obligatorio (...) abrirá las ventanas de todas las instituciones europeas en Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo", agregó.
El ejecutivo quiere así extender al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE, que representa a los 28 países del bloque, estas reglas, que se aplica a sí mismo desde la llegada a la presidencia en 2014 de Jean-Claude Juncker.
Un total de 9.932 entidades se inscribieron en el registro de la Comisión hasta el 28 de septiembre, en su mayoría grupos profesionales y sindicatos. Las oenegés representan un 25% de estas organizaciones.
Esta propuesta llega después que el ejecutivo europeo se viese obligado a investigar dos escándalos que afectan a antiguos miembros, entre ellos la controvertida contratación del expresidente José Manuel Barroso por el banco estadounidense Goldman Sachs.
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