Crece preocupación en gobierno uruguayo por huelga de hambre de exrecluso de Guantánamo

El gobierno uruguayo reiteró sus llamados al exdetenido sirio de la cárcel estadounidense de Guantánamo, Jihad Diyab, refugiado en Uruguay desde 2014, para que detenga una huelga de hambre que pone en riesgo su vida.

El Ejecutivo emitió este martes una misiva pública dirigida a Diyab, en huelga de hambre desde hace dos meses, señalando que están dadas las condiciones para que su familia venga al país.

Diyab, que arribó a Uruguay a fines de 2014 junto a otros cinco exreclusos de la cárcel norteamericana, demanda que las autoridades locales le consigan otro país, de mayoría musulmana, al que trasladarse con la calidad de refugiado que le proporcionó Montevideo.

Desde su arribo, Diyab, que camina con ayuda de muletas, manifestó que no podría mantener a su familia en el territorio uruguayo una vez finalice el estipendio mensual que recibe como refugiado en el marco de un acuerdo entre Uruguay y Estados Unidos para el traslado de los exdetenidos de la prisión que el presidente Barack Obama pretendía cerrar.

A la vez que reitera "el llamado que realizara el día viernes 7 de octubre pasado, solicitándole abandonar la huelga de hambre que pone en peligro su vida", la cancillería uruguaya señala en su carta que busca "extremar los esfuerzos para hacer posible la reunificación familiar deseada".

Se trata del segundo exhorto en menos de una semana emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en una muestra de la preocupación que genera el deterioro de la salud del expreso de Guantánamo.

El viernes en rueda de prensa, el canciller Rodolfo Nin Novoa había pedido el cese de la huelga de hambre, y el vicecanciller José Luis Cancela señaló que el hombre es libre de viajar a dónde quiera.

La familia del exprisionero de Estados Unidos reside mayoritariamente en Turquía, país que ha señalado que no desea recibir al exrecluso, según datos proporcionados por fuentes oficiales uruguayas.

"Al día de la fecha los documentos de viaje, autorizaciones de visa y gastos de traslado de su familia, se encuentran listos y cubiertos para que ésta viaje al país, para lo cual dispone además, de la vivienda adecuada para recibirla. El ministerio de Relaciones Exteriores reitera y reafirma entonces nuevamente, su disposición para reiniciar de inmediato todos los procedimientos necesarios para proceder a su reunificación familiar, en cuanto usted así lo disponga", termina el texto.

Ante la profundización de la huelga de hambre por parte de Diyab, que no ingiere líquidos y "corre serio peligro", según la directora de la gubernamental Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo de Uruguay (Inddhh), Mirtha Guianze, el gobierno ha multiplicado sus mensajes públicos.

Guianze señaló en declaraciones a la estatal Televisión Nacional, que Diyab está en "estado muy crítico" por no querer deponer la huelga de hambre y que "lo que está pidiendo ahora es que el Estado uruguayo diga que puede salir, que no tiene impedimento".

De hecho, el vicecanciller Cancela fue claro en ese sentido el viernes señalando que con los documentos en su poder, es libre de dejar Uruguay.

Dijab ya viajó fuera del país al menos en dos ocasiones: a Argentina y a Venezuela, donde se presentó ante el consulado de Uruguay el 26 de julio luego de varios días durante los cuales las autoridades uruguayas ignoraron su paradero.

Entonces solicitó que lo ayudaran a reunirse con su familia en Turquía.

Nin Novoa señaló el viernes que al abandonar el consulado uruguayo en Caracas, el ciudadano sirio amenazó con suicidarse.

En Caracas, Diyab fue recluido en la sede de la policía secreta venezolana, donde no pudo ser visitado por activistas que siguen su caso ni hablar con su abogado estadounidense, Jon B. Eisenberg.

El gobierno venezolano no se pronunció sobre los motivos de su detención. Pero el comunicado de la cancillería uruguaya difundido el viernes señaló que Montevideo fue informado por las autoridades venezolanas de que se encontraba detenido "en averiguaciones" por ingreso ilegal al país.

Finalmente fue enviado de regreso a Uruguay el 30 de agosto. Para entonces ya había comenzado su huelga de hambre en Venezuela. Diyab ya entró en coma una vez por deshidratación desde que dejó de ingerir alimentos.

Jorge Bermúdez, médico al frente del equipo de asistencia al ciudadano sirio, dijo a la estatal Radio Uruguay el lunes, que Diyab aceptó "medicación por vía intravenosa" e "internación domiciliaria". "No está en coma", agregó.

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