Destituidos principales responsables de seguridad en Bagdad tras nuevo atentado

Tres principales jefes de la seguridad en Bagdad fueron destituidos el viernes por el primer ministro iraquí el mismo día de un nuevo atentado que causó 30 muertos, y cinco después del peor ataque cometido en los últimos años en Irak.

El primer ministro Haider Al Abadi "ordenó que el comandante de las operaciones para Bagdad sea apartado de su cargo, igual que los responsables de seguridad y de inteligencia", se informó en un comunicado.

El comandante de estas operaciones es el teniente-general Abdelamir Al Chimari. Otros dos altos cargos también fueron destituidos.

El domingo pasado, un atentado con minibús-bomba en Bagdad causó 292 muertos, uno de los ataques más mortíferos en Irak desde la invasión estadounidense en 2003, y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Este atentado provocó la cólera de los iraquíes ante la incapacidad del gobierno para proteger a los civiles y aplicar medidas de seguridad eficaces.

Dos días después de este sangriento atentado, el ministro de Interior iraquí, Mohamed Al Gaban, presentó su dimisión, que fue aceptada por Abadi.

Al Gaban había admitido fallos en las medidas de seguridad en Bagdad, al advertir que los puntos de control diseminados en toda la capital eran "absolutamente inútiles".

En la noche del jueves al viernes, 30 personas murieron y 50 resultaron heridas en un nuevo ataque contra un mausoleo chiita al norte de Bagdad. Este atentado también fue reivindicado el mismo viernes por el EI.

Las nuevas destituciones de este viernes se produjeron solamente horas después de este atentado. Según un responsable de los servicios de seguridad, unos asaltantes bombardearon primero con morteros el mausoleo Sayid Mohamed, situado en Balad, a unos 80 km al norte de la capital iraquí, y acto seguido unos kamikazes se hicieron estallar en un mercado cercano.

Después de los tiros de mortero, dos kamikazes entraron en el edificio, abrieron fuego y luego se hicieron estallar en un mercado cerca del mausoleo, indicó un portavoz del mando de operaciones conjuntas en un comunicado.

Un tercer kamikaze fue abatido y su cinturón explosivo desactivado, precisó el portavoz, que atribuyó el ataque al EI. Este grupo yihadista ataca habitualmente a la comunidad chiita, a la que considera herética.

La población de Balad es esencialmente chiita pero la ciudad está rodeada de numerosas zonas rurales con mayoría sunita.

Al menos 16 personas murieron el mes pasado en Balad en ataques reivindicados por EI, contra un café y contra las fuerzas de seguridad.

La provincia de Saladino, donde se encuentra Balad, está ahora controlada en gran parte por las fuerzas gubernamentales iraquíes, que han expulsado al EI de su feudo de Tikrit y de la localidad de Baiji.

El EI se hizo con el control en 2014 de grandes porciones del territorio iraquí pero ha perdido terreno en beneficio de las fuerzas gubernamentales, apoyadas por bombardeos de la coalición internacional bajo mando estadounidense.

A pesar de estos reveses, el grupo ultrarradical sunita siguió cometiendo atentados sangrientos sobre todo contra la comunidad chiita.

El EI encuentra sus raíces en la rebelión que se lanzó después de la caída del régimen sunita de Sadam Husein, tras la invasion de 2003 dirigida por Estados Unidos.

Desde entonces, y tras la retirada de Washington, el país está sumido en plena inestabilidad política, en un contexto de continuas crisis gubernamentales y atentados que siguen enlutando a Irak.

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