En declaraciones a Europa Press Televisión, la diputada de Unidos Podemos, Ione Belarra, ha recalcado que la situación de las personas refugiadas en Jordania es "muy negativa" y no sólo por las personas que viven dentro de campos, sino sobre todo porque muchas de las personas sirias y de otras nacionalidades refugiadas que viven en pueblos y ciudades jordanas, lo hacen en situaciones muchas veces de "infraderechos"; haciendo referencia a la imposibilidad de muchos refugiados de poder optar por ejemplo a trabajos iguales a los de los jordanos.
Sobre la vida en Zaatari, Belarra ha señalado que le preocupa especialmente que los refugiados no tengan plena libertad para poder salir y entrar del campo cuando lo deseen, y ha añadido que tampoco tienen "derecho efectivo al trabajo con lo que eso implica para poder rehacer tu vida". "Es un espacio en el que muchos derechos humanos están muy limitados", ha recalcado.
A su parecer, la situación de los refugiados de Zaatari es consecuencia directa de las políticas en materia de asilo que está poniendo en marcha el gobierno jordano, al que ha afeado que no haya firmado la Convención de Ginebra. "Esto es algo preocupante porque las personas refugiadas no tienen estatuto de refugiado propiamente sino que son invitados dentro del país y esto hace que tengan unos niveles de protección inferiores a los que podrían tener", ha explicado.
HAY UN "SENTIMIENTO DE DESGARRO" LATENTE
Por su parte, Batet ha indicado que pese a las condiciones, el hecho de que muchos refugiados sirios hayan podido acceder a algún tipo de trabajo dentro del campo, "marca la diferencia" porque a su juicio sirve para dignificar la vida de estas personas. "Ahora tienen la posibilidad de realizar ciertas actividades y por tanto de tener cierta "realización personal".
No obstante, una de las cosas que Batet se lleva de su visita a Zaatari es ese "sentimiento de desgarro" que impera en el campo a pesar de la alegría que por momentos se puede ver en la cara de los niños al salir de clase o en las expresiones de los ancianos que reciben con gratitud la estabilidad que les proporciona el campo.
"Una señora me contaba que de sus cuatro hijos, dos están en Siria y otros dos en el campo. Y ella misma rompió a llorar cuando recordó a los que había dejado en Siria. Es desgarrador, es ver vidas que estaban organizadas, que tenían una proyección de futuro, unas expectativas, y de repente son interrumpidas abruptamente por un conflicto bélico; y además desposeídas y expulsadas de su ambiente. Es difícil ponerse en su lugar, es increíble que puedan seguir sonriendo", ha rememorado la diputada socialista.
Tanto Belarra como Batet han elogiado la labor de ONGs como Oxfam que lleva a cabo proyectos dentro del propio Zaatari, como la planta de reciclaje que permite crear puestos de trabajo para los sirios refugiados. "Organizaciones de la sociedad civil están supliendo el papel que deberían llevar a cabo el Gobierno y las instituciones públicas", ha señalado Belarra.
LOS REFUGIADOS "VIVEN CONTROLADOS"
Pero el control de la vida de estas personas es una constante, tal y como ha explicado la diputada de Ciudadanos Patricia Reyes quien ha denunciado que "viven controlados todo el tiempo". "Esas personas están privadas de su libertad y de todo lo que han dejado atrás, es muy duro ver a gente que lleva años viviendo así y están prácticamente resignados", ha matizado.
Además, Reyes ha lamentado la situación de los menores que viven en el Zaatari, niños "que no tienen un futuro por delante porque han sufrido historias muy duras que les causarán problemas psicológicos muy duros de por vida".
Tanto Belarra como Batet y Reyes han insistido en el papel que la Unión Europea juega en este gran tablero de casetas blancas que es Zaatari. Reyes lamenta que ni la UE ni Jordania hayan encontrado una salida a esta crisis de refugiados, mientras que Belarra ha denunciado que Europa ha incumplido una vez más sus compromisos con los Derechos Humanos.
"Las personas que no tienen intención de regresar inmediatamente a Siria cuando acabe el conflicto deberían poder estar en Europa en condiciones de protección mucho mayores teniendo en cuenta que son personas que han sufrido situaciones psicológicas y físicas de muchísima gravedad", ha concluido Belarra.
Reyes ha insistido en que la Unión Europea "no hace lo que tiene que hacer", porque se están "violando los derechos humanos y no estamos tomando las medidas para atajar esta situación y darles un futuro a estas personas".
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