Italia concluye este viernes una dura campaña de referéndum marcada por las recriminaciones

EUROPA PRESS
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La recta final de la campaña del referéndum que se celebrará este domingo estará destinada a convencer a los indecisos, que los sondeos sitúan entre el 15 y el 25 por ciento de los votantes, de las ventajas de una u otra opción. Los actos políticos previstos que se sucederán a lo largo del viernes de forma escalonada se distribuirán por las principales ciudades del país.

El primero en lanzar su discurso final será el propio Renzi. El 'premier' italiano ha escogido la ciudad de Florencia, donde fue alcalde desde junio de 2009 a febrero de 2014 y que se considera su principal bastión de apoyo. Muchos analistas ven como un error que Renzi haya ligado su futuro político al resultado del referéndum. Si bien ha rebajado el tono en los últimos días, ha declarado en el canal de televisión SkyTG24 que la consulta no versa "sobre" él y que no la ha "personalizado".

"Este referéndum no afecta al que suscribe (*), es una ocasión que no vuelve en veinte años", ha comentado. "Yo soy mucho menos importante que la reforma constitucional", ha subrayado. A pesar de sus declaraciones, la mayor parte de los italianos consideran esta consulta como un plebiscito popular para determinar la continuidad de Renzi.

Por su parte, el Movimiento 5 Estrellas, liderado por el cómico antisistema Beppe Grillo, encabezará este viernes una manifestación en Turín, una de las grandes ciudades que gobierna el grupo anti-europeísta.

El periódico 'Il Fatto Quotidiano', que se ha posicionado claramente en el 'no'm ha organizado un evento cultural a partir de las 21.00 horas --de marcado carácter político-- en el que participaran escritores como Erri de Luca y otras personalidades del mundo del espectáculo y la cultura de Italia en el Teatro Italia de Roma.

Está previsto que el líder del centro derecha, el ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi, esté en Nápoles para defender el 'no' en la consulta. Así lo señaló el veterano político italiano en un mensaje de vídeo enviado a la convención de Forza Italia --partido que lidera-. "Espero poder estar con vosotros en Nápoles para festejar la victoria del 'no' porque, con la victoria del 'no', gana la democracia", ha asegurado.

Uno de los puntos más controvertidos de la reforma constitucional --también conocida como 'Renzi-Boschi' por el impulso del 'premier' y su ministra María Elena Boschi y que fue aprobada por el Parlamento en abril-- es la conversión del Senado en un órgano de representación de los entes territoriales.

Los que apoyan el 'sí' defienden la reducción del número de senadores de 315 a 100 y la simplificación del sistema institucional. Por su lado, los detractores de la reforma ponen en un duda la legitimidad de los senadores porque no vendrían decididos por unos comicios sino por los consejos regionales. De ser aprobada la reforma, el Senado dejará de ser un órgano de elección popular para convertirse en una cámara de representantes por designación. La composición del Senado se reducirá de 315 a 100 miembros y estará integrado por 21 alcaldes y 74 consejeros nombrados por las estructuras administrativas regionales, además de otros cinco designados por el jefe del Estado para un período de siete años.

Los pocos aliados políticos que tiene Renzi están fuera de las fronteras de Italia. Está semana el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que ha tenido varios desencuentros con el 'premier' italiano por las reformas en materia económica, le ha mostrado su apoyo. "Renzi hace una reforma constitucional, o intenta hacerla, y debo decir que tengo un gran respeto por esto. Espero que tenga éxito", ha afirmado. También el poder financiero en general ha dado un paso al frente en apoyo a Renzi argumentando que si gana el 'no', los bancos italianos corren peligro de ir a la quiebra.

El único punto en común de los defensores del 'no' --un sector que mezcla a la centroderecha que lidera Berlusconi, el Movimiento 5 Estrellas y otros populistas como el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini-- es la rabia contra el primer ministro italiano.

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