Según informa el departamento que dirige Rosa Aguilar en un comunicado, el 65 por ciento de las mediaciones realizadas durante el pasado año con menores infractores se resolvió de forma positiva en la comunidad andaluza y se evitó que el caso tuviese que ser resuelto en un juicio. Por el contrario, el 10 por ciento de las mediaciones emprendidas resultaron inviables, mientras que el 25 por ciento restante se encontraban aún en tramitación al finalizar 2016.
El balance de la Consejería de Justicia e Interior refleja que de las mediaciones resueltas, el 51 por ciento se saldó con una reparación del daño causado por el menor infractor, el 26 por ciento con un acto de conciliación y una reparación incluida, y el 23 por ciento únicamente con una conciliación.
OCHO EQUIPOS DE MEDIACIÓN
Andalucía cuenta con ocho equipos de mediación, cuyos profesionales tratan de que el infractor se responsabilice de las consecuencias de su delito o falta, comprenda el mal que haya causado, pida perdón a la víctima y repare el daño causado con las medidas que en cada caso se establezcan para ello.
De las 2.030 mediaciones con menores infractores realizadas en 2016, el 71 por ciento se llevó a cabo con chicos y el 29 por ciento con chicas. En cuanto a los tramos de edad, la mayoría de los beneficiarios de este sistema de resolución extrajudicial fueron menores de entre 16 y 17 años, que representan el 52 por ciento, seguidos de los 14 y 15 años (41 por ciento), mientras que los que han cumplido los 18 años suponen el 7 por ciento.
Según la Consejería, este programa apuesta por los principios educativo, restaurativo y de responsabilidad por los hechos cometidos por los menores infractores y sus resultados demuestran la "eficacia y eficiencia" de esta medida.
SOLUCIONES ACORDADAS Y COMPARTIDAS
Este tipo de soluciones extrajudiciales tienen una finalidad educativa y socializadora basada en la prevención general, que conllevan múltiples beneficios como el ahorro de costes y tiempo en la resolución de conflictos con menores involucrados. Además, la participación de las partes en litigio refuerza la solución alcanzada al haber sido acordada y compartida.
Asimismo, la función del mediador no es resolver el conflicto, sino conducir el proceso técnicamente para llevar a cabo la negociación. Estos profesionales no solamente informan y observan, sino que preparan también a las partes para el encuentro, introduciendo elementos de reflexión que posibiliten el acercamiento y el acuerdo.
Según la Consejería de Justicia, el fomento de la mediación como sistema de resolución extrajudicial de conflictos es una prioridad para el Gobierno andaluz, ya que contribuye a mitigar el alto número de litigios en la Administración de Justicia y puede ofrecer una respuesta más rápida y práctica para las partes implicadas.
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