En declaraciones a Europa Press a un día de la cabalgata, ha afirmado que "desde ayer hay demasiados políticos españoles, y algunos catalanes, sobreactuando y haciendo el ridículo con este tema. ¡Dejemos a Vic tranquilo!", y ha añadido que el problema no se ha generado en la ciudad, sino fuera, ya que la iniciativa se celebra desde 2012.
Para Sànchez, que no se haya levantado la polémica hasta 2017 explicita "nerviosismo y necesidades de buscar contradicciones, que el Gobierno central no tiene otra forma sólida de encontrar", y a su juicio se refleja en que el propio presidente Mariano Rajoy las ha comentado.
Sobre si cree que se debe reaccionar a esas críticas con la asistencia de cargos electos a esa cabalgata para mostrar apoyo, ha respondido que "eso sí sería politizar una fiesta de los niños. Hay que tener la madurez de entender que el Estado aprovechará cualquier oportunidad de desgastar al soberanismo".
Sobre la actividad, ha defendido que "todo el mundo es libre de llevar o no esos farolillos", como de llevar otros, y ha recordado que hasta la fecha la presencia de 'esteladas' en la cabalgata no ha generado tensiones ni crisis.
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