Suprema Corte, último árbitro de la justicia estadounidense

La Suprema Corte es la máxima instancia judicial de Estados Unidos y el último árbitro en asuntos legales de fundamental importancia para la sociedad estadounidense, incluyendo temas tan polémicos como el uso de armas de fuego y el aborto.

Creada por el artículo III de la Constitución, la corte está compuesta por un juez presidente y ocho jueces adjuntos - todos vitalicios.

La Suprema Corte, que tiene su sede en Washington, al frente del Capitolio, a menudo tiene la última palabra en asuntos tan decisivos como derechos de minorías, aborto, matrimonio homosexual, racismo, pena capital y controversias electorales.

Actualmente, la Suprema Corte solo cuenta con ocho jueces, repartidos en partes iguales entre progresistas y conservadores, tras la repentina muerte del implacable conservador Antonin Scalia en febrero.

Si los jueces votan cuatro contra cuatro en un caso, vale el fallo de la corte inferior.

El presidente de Estados Unidos Barack Obama, designó este miércoles a Merrick Garland para llenar el puesto vacante. De ser confirmado por el Congreso, se transformará en el tercer juez designado por Obama para la máxima instancia judicial del país.

También sería la primera vez en una generación que la corte cuenta una mayoría progresista.

Los jueces pueden retirarse a partir de los 70 años y a veces renuncian a su cargo, pero la mayoría permanecen en la Suprema Corte hasta fallecer. La jueza Ruth Bader Ginsburg es la integrante actual más anciana de la corte, con sus 83 años.

Al igual que todo funcionario público y presidente estadounidense, los jueces de la Suprema Corte pueden ser sometidos a un juicio político para ser removidos si son declarados culpables de traición, corrupción u otros crímenes graves. Sin embargo, esto no ha ocurrido nunca.

Desde que se creó la corte, se ha designado un nuevo integrante más o menos cada dos años. Cada juez sirve en promedio unos 15 años.

Sin embargo, algunos duraron mucho más: el actual juez Anthony Kennedy, ingresó a la corte en 1988, por designación del entonces presidente Ronald Reagan.

Todo nominado a la Suprema Corte debe superar primero la audiencia de confirmación de la Comisión Judicial del Senado, y luego ser aprobado por todo el Senado.

El período anual de sesiones de la Suprema Corte comienza el primer lunes de octubre y dura hasta fines de junio.

Para que un caso llegue a la Suprema Corte, un demandante debe cuestionar la constitucionalidad del fallo de una corte federal de apelaciones, o, en ciertos casos, la sentencia de una corte de un estado.

No obstante, son los jueces de la Suprema Corte quienes deciden qué casos van a estudiar.

Luego de recibir argumentaciones escritas de las dos partes, al igual que testimonios de no-litigantes que tienen un interés en el fallo final, los abogados que representan cada parte solo tienen 30 minutos para fundamentar su caso. Los jueces pueden hacer preguntas.

La Suprema Corte a veces remite casos a las cortes inferiores para ser reexaminados y también puede escuchar demandas urgentes, como una apelación para parar o aplazar una ejecución inminente.

Los fallos de la Corte Suprema son decididos por mayoría y las opiniones a favor o en contra de una resolución son consignadas por escrito por uno de los jueces.

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