A Rajoy no le salen las cuentas, pero a Sánchez tampoco sin los independentistas

El Rey Felipe VI ha decidido que sea el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el candidato a presidente del Gobierno, ante la falta de apoyos para ser investido del otro aspirante, Mariano Rajoy. Ahora se abre un período de negociación para que Sánchez logre los respaldos suficientes para tener más votos a favor que en contra en su investidura.

Si Rajoy no lo tenía fácil, tampoco se le presenta sencillo al líder socialista. Si finalmente decide pactar con Podemos e Izquierda Unida, incluyéndolos en un Gobierno en el que la formación morada y la liderada por Alberto Garzón tendrían la mitad de los ministros y en los ministerios más importantes, necesitaría el apoyo del PNV (6) -algo que no parece demasiado fácil, pero que no es imposible- y el de ERC (9) -más difícil- para lograr mayoría absoluta.

En el caso de no lograr el apoyo de ERC, podría optar por Democràcia i Llibertat (8) -algo a lo que se oponen los barones del PSOE, ya que exige cesiones para la independencia de Cataluña-, pero también tendría que contar con Coalición Canaria (1) para lograr los 176 votos que suponen la mayoría absoluta.

También la obtendría si Bildu, con dos diputados, se saliese de la Cámara a la hora de votar, como han hecho en otras ocasiones.

Lograr la mayoría simple, en segunda ronda, no sería mucho más fácil. Un Gobierno PSOE-IU y Podemos (161) tendría los votos en contra de Ciudadanos y PP (163). Si Sánchez logra el apoyo de PNV (6) obtendría 167, pero tendría que lograr que el resto de la Cámara se abstuviese mayoritariamente. Si lograse la abstención de ERC bastaría, lo mismo que si se abtuviese DiL y Coalición Canaria.

Por tanto, si la aritmética para Rajoy es imposible, para Sánchez es muy, muy difícil, y además se vería obligado a rebasar la línea roja impuesta por los barones.Acuerdos con la izquierda y la derecha

Ahora Sánchez deberá forzar acuerdos con buena parte de los grupos del Parlamento o forzar un complicadísimo entendimiento entre Ciudadanos y Podemos, dispuesto a forzar un referéndum en Cataluña.

La opción de Ciudadanos parece ser la más apoyada entre los barones socialistas. Si Sánchez logra el apoyo de Albert Rivera tendría 130 escaños a favor, posiblemente 132 si cuenta con los de Unidad Popular -algo que no parece fácil-.

En ese caso, debería ganarse también el respaldo de Podemos (sumaría 201), o bien su abstención. En contra tendría, hoy por hoy, a PP, ERC y DiL. Esto es 140 escaños, sin contar con lo que pueda hacer finalmente Coalición Canaria, PNV y Bildu. En ese caso, Sánchez podría ser investido.

Sin embargo, Iglesias ha dicho por activa y por pasiva que no apoyará un Gobierno de Sánchez con Rivera o apoyado por éste. En ese caso, los votos en contra serían más que a favor, y la investidura quedaría descartada. A Eduardo Madina, que fue rival de Sánchez por la secretaría general, tampoco le salen las cuentas: "No me trago la ficción de que la izquierda es mayoritaria. La suma de Podemos, PSOE más IU sigue sumando hoy menos que la de PP y Ciudadanos".

Según las posturas actuales, los votos en contra al acuerdo PSOE-Podemos-IU (161 escaños) son los del PP, Ciudadanos, ERC y DiL, 180 en total. Quedan pendientes PNV. Bildu y Coalición Canaria, esto es, otros diez. Insuficientes para la suma.