Abellán se enfrenta a la historia en un "Otoño" de triunfadores y emergentes

  • La Feria de Otoño, uno de los últimos grandes puertos de la temporada taurina española, arranca mañana en Las Ventas con los ojos puestos en la gesta del madrileño Miguel Abellán, que el sábado se encierra con seis toros en solitario, enfrentándose así a su propia historia y a la de la plaza de Madrid.

Javier López

Madrid, 1 oct.- La Feria de Otoño, uno de los últimos grandes puertos de la temporada taurina española, arranca mañana en Las Ventas con los ojos puestos en la gesta del madrileño Miguel Abellán, que el sábado se encierra con seis toros en solitario, enfrentándose así a su propia historia y a la de la plaza de Madrid.

La heroica hazaña de Abellán será la cuadragésimo sexta de esta índole que acoja la plaza de Las Ventas, entre matadores de toros y novilleros, desde que Antonio Bienvenida toreara de forma triunfal seis reses de Antonio Pérez de San Fernando, el 21 de septiembre de 1947.

También será la primera vez que el torero del madrileño barrio de Usera afronte un reto así en sus dieciocho años como matador de toros, algo que le da un plus de motivación, al igual que da esperanzas al aficionado de poder revivir una tarde parecida a la que protagonizó José Miguel Arroyo "Joselito" en aquella histórica corrida goyesca del 2 de mayo de 1996.

El referente es grande, y poder acercarse a lo que logró "Joselito" hace dieciocho años es también algo al alcance de muy pocos. Ahí están los batacazos de los últimos en intentarlo: Morante de la Puebla, Daniel Luque y Alejandro Talavante, éste por partida doble, con la excepción de Miguel Ángel Perera en 2008, cuando cayó gravemente herido después de llevar ya cortadas tres orejas.

Pero la Feria de Otoño no se reduce únicamente a este festejo, pues la primera plaza del mundo será escenario también del regreso de dos de los triunfadores de San Isidro, Iván Fandiño y Daniel Luque, que abrirán fuego en la primera corrida de la feria, el viernes, en un cartel completado por Juan Serrano "Finito de Córdoba", y los toros de Núñez del Cuvillo.

En el cierre del ciclo otoñal, con la ya tradicional corrida "torista" de Adolfo Martín, todas las miradas se centrarán en el riojano Diego Urdiales, que acaba de protagonizar dos grandes triunfos en la feria de San Mateo de Logroño y que atraviesa un momento dulce, el cual pretende corroborar y afianzar en una plaza que ha sido santo y seña en su dilatada carrera.

Para este festejo se anuncian también dos toreros del gusto de Madrid como son el siempre esperado Uceda Leal y el catalán Serafín Marín, reciente triunfador en la última corrida de agosto en esta misma plaza, y el único de todos los diestros que han dejado huella en el verano madrileño en estar anunciado en otoño.

La feria arranca mañana con una novillada picada, en la que hará su presentación de Madrid el sevillano Borja Jiménez, uno de los grandes nombres del escalafón novilleril de esta temporada, y con él, dos madrileños: Gonzalo Caballero y el triunfador de San Isidro, Francisco José Espada, quienes se enfrentarán a un encierro de la divisa de Fuente Ymbro.

Como guinda al serial, el último día del ciclo, el domingo, en horario matinal, se disputará la final del certamen sin picadores "Camino hacia Las Ventas", donde los jóvenes Jaime Rodríguez, José Aguilera y Alejandro Gardel tendrán la oportunidad de cumplir el sueño de pisar por primera vez el albero de la catedral del toreo, marco inmejorable para empezar a darse a conocer.

Como viene siendo habitual también en los últimos años la Feria de Otoño se completa con una serie de actos culturales, en horario matinal, que van desde presentaciones de libros, a coloquios y charlas taurinas, pasando por exposiciones de carteles o piezas audiovisuales como el que se centra en la vida y trayectoria del joven torero madrileño Alberto López Simón.

Las espadas están en todo lo alto, los toreros ya se encuentran "en capilla" antes de afrontar uno de los últimos compromisos más importantes de una temporada que toca su fin, sobre todo en el caso de un Miguel Abellán que trabaja a contrarreloj para recuperarse lo de la fractura del dedo pulgar de la mano izquierda, y que espera poner su nombre en lo más alto de la historia de la plaza de Madrid.

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