El hombre detenido acusado de matar a una niña de 13 años en Vilanova ha declarado hoy tras un examen forense ordenado por la juez de instrucción. El informe ha sido solicitado tanto por la defensa del acusado como por la Fiscalía para determinar si el detenido se encontraba en condiciones de prestar declaración.
El presunto homicida ha pasado hoy a disposición judicial. A las puertas del juzgado su abogado avanzó a Antena 3 que en esta ocasión sí hablaría (durante las doce horas de registro casi se derrumba pero al final no dijo nada) pero que no reconocería el asesinato, alegando que durante la tarde en la que la pequeña desapareció consumió alcohol y drogas y no se acuerda de nada de lo sucedido.
El presunto homicida ha comenzado a declarar poco antes de las 16 horas de este jueves ante la titular del Juzgado de Instrucción 1 de la ciudad, quien a lo largo de la mañana ha levantado el secreto del sumario del caso y se han hecho algunas diligencias. Fuentes jurídicas han explicado a la prensa que se han tomado muestras de orina, de pelo y saliva del detenido que se enviarán al laboratorio para realizar pruebas toxicológicas y de ADN, y en los próximos días será sometido a pruebas psicológicas.
La autopsia develó que la menor de 13 años encontrada muerta la noche del lunes al martes en el piso de uno de los vecinos del bloque de viviendas de los abuelos murió por asfixia. Fuentes cercanas a la investigación han señalado que no es seguro que fuera estrangulada, y ahora cada vez son más los indicios que apuntan a que podría haber sufrido abusos sexuales.
Los Mossos d'Esquadra llevaron a cabo, en presencia del presunto autor de los hechos, un minucioso registro y reconstrucción del crimen en la casa de los padres del arrestado, el inmueble al que se había mudado en las últimas semanas.
Además del móvil del crimen, los investigadores tratan de determinar cómo interceptó el supuesto homicida a la víctima, que había salido de casa de sus abuelos, en la segunda planta del bloque de pisos de la avenida Cubelles de Vilanova, y pasó delante de la vivienda del detenido, en la primera planta.
La menor se encontraba con sus abuelos, que la habían ido a recoger al colegio, y salió de la casa hacia las 19.00 horas; su padre la esperaba frente al portal, en el interior de su vehículo.
Al pasar los minutos sin tener rastro de la menor, su padre comenzó a buscarla por los alrededores de la finca, valorando la posibilidad de que la niña hubiese salido sin ser vista.
Aunque pasaron unas tres horas entre que la niña se despidió de sus abuelos hasta que se localizó el cadáver, los investigadores sospechan que el crimen se produjo poco después de que saliera de casa.
El detenido, que tiene un antecedente por violencia doméstica en su proceso de divorcio, hacía poco que se había trasladado a vivir a casa de sus padres, que no estaban en el domicilio cuando ocurrieron los hechos.
En el dispositivo de búsqueda de la menor, fueron dos tíos de la víctima los que decidieron entrar por la fuerza en el piso del arrestado, ya que les había resultado sospechosa la actitud del hombre, el cual se expresaba de forma incongruente y les había recibido envuelto en una toalla.
De hecho, los investigadores sospechan que, tras cometer el crimen, el homicida limpió a conciencia el domicilio y se duchó para tratar de hacer desaparecer cualquier rastro de sangre.
Los tíos de la víctima entraron por su cuenta en el domicilio y finalmente hallaron el cadáver de su sobrina, con poca ropa, debajo de un colchón que estaba mal puesto, en una habitación visiblemente revuelta.
Solo pasaron unos minutos hasta que la policía local detuvo al presunto autor de la muerte, que se limitó a repetir: "Yo no he sido".
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