Acusada de abusar de un menor de 14 años dice que nunca quiso hacer daño

  • La mujer que ha sido juzgada en la Audiencia Provincial de Murcia acusada de abusar sexualmente en 2010 de un menor de 14 años cuando ella tenía 41 años ha dicho hoy al hacer uso de su derecho a la última palabra que "me he equivocado en dos ocasiones, pero nunca quise hacer daño".

Murcia, 2 oct.- La mujer que ha sido juzgada en la Audiencia Provincial de Murcia acusada de abusar sexualmente en 2010 de un menor de 14 años cuando ella tenía 41 años ha dicho hoy al hacer uso de su derecho a la última palabra que "me he equivocado en dos ocasiones, pero nunca quise hacer daño".

Durante la segunda sesión del juicio iniciado ayer contra M.G.B. y que ha quedado visto para sentencia, el fiscal rebajó su solicitud inicial, que sumaba 16 años y ocho meses de cárcel por los delitos de abuso sexual, contra la salud pública y exhibicionismo, a once años y seis meses.

Para hacer esta rebaja, la fiscalía tuvo en cuenta como atenuante el alcoholismo que sufre la acusada, mientras que la acusación particular, ejercida por los padres del menor, ha solicitado penas que suman doce años y seis meses, ya que no aprecia la citada atenuante.

Por su parte, la defensa ha pedido la libre absolución por los tres delitos, al considerar, respecto al más grave, el de abusos continuados, que las relaciones sexuales fueron consentidas por el adolescente y que por los otros dos tampoco podía ser condenada.

De forma subsidiaria, la defensa ha dejado a criterio de la sala condenar por el primer delito, pero, en ese caso, con la aplicación de la circunstancia apreciada por las acusaciones no como atenuante, sino como eximente incompleta, lo que permitiría rebajar la solicitud de condena de forma sensible.

En la sesión de hoy han intervenido los médicos forenses que emitieron un informe sobre la procesada, que llegan a la conclusión de que la distimia de la que fue diagnosticada no influye en sus facultades, por lo que es plenamente responsable de sus actos.

Frente a esa opinión, el informe elaborado por la psicóloga María Joaquina Guerrero discrepa de esa conclusión y señala que el consumo de alcohol era una forma de evadirse de los problemas que sufría como consecuencia de la muerte de su marido, de la amputación de una pierna a su padre y de la pérdida del trabajo que tenía, y habla de una depresión y desestructuración en ella.

Por su parte, la psicóloga Blanca Marín, que, junto con una compañera, se entrevistó con el menor presunta víctima de los hechos, ha declarado que "no nos podemos pronunciar respecto a la credibilidad de su testimonio, ya que no nos hizo un relato de lo ocurrido y en todo momento se mostró muy esquivo".

El fiscal ha mantenido en su informe que, en contra de lo afirmado por la acusada, las relaciones sexuales mantenidas con el menor "no fueron libremente asumidas por éste; se trataba de un consentimiento viciado por la situación ambiental que le rodeaba".

Para las acusaciones, no hay duda de que la procesada abusó de forma continuada del menor, además de suministrar droga en las reuniones que se celebraban en su casa, ubicada en una pedanía murciana, y a la que acudían otros chicos, a los que, además, habría exhibido películas pornográficas.

La defensa, en su informe, ha señalado que "las relaciones fueron consentidas, y el propio menor reconoció en su declaración que en algunas ocasiones la iniciativa fue suya".

En el transcurso de esta sesión, el fiscal ha pedido a la sala que deduzca testimonio contra uno de los menores que han declarado como testigo por haberse retractado de sus primeras manifestaciones inculpatorias, mientras que la acusación particular ha solicitado que adopte la misma medida también contra el hijo de la acusada para investigar si han incurrido en un delito de falso testimonio.

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