Madrid, 25 abr.- El excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas Aguilar, conocido como "capitán Muñecas", cuya extradición a Argentina por torturas en la dictadura franquista rechazó hoy la Audiencia Nacional española, fue uno de los condenados por la intentona de golpe de Estado en 1981.
Muñecas todavía conserva su amistad con Antonio Tejero Molina, el exteniente coronel de la Guardia Civil que protagonizó el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 (23F) al tomar el Congreso de los Diputados en Madrid.
Desde que se inició el proceso por el que se pedía su entrega a Argentina, Muñecas, de 75 años, no ha negado en ningún momento su condición de golpista y reconoció ante el juez español Pablo Ruz, que tramitó el proceso sobre su extradición, haber sido condenado a cinco años de cárcel por un delito de rebelión militar por la mencionada intentona.
De hecho, fue uno de los asistentes a un almuerzo celebrado este año en el aniversario del 23F, en el cuartel de la Guardia Civil en la localidad de Valdemoro, cerca de Madrid, y organizado por el teniente coronel Antonio Tejero, hijo del homónimo golpista, que fue fulminantemente destituido por estos hechos por el Ministerio de Interior.
La Audiencia Nacional española rechazó hoy la extradición a Argentina del ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar por torturas en el franquismo, ya que considera que este delito, presuntamente cometido en 1968, estaría prescrito y que los hechos de los que se le acusa no son constitutivos de genocidio.
El tribunal argumenta que este delito prescribe a los diez años desde la comisión del delito o desde que el procedimiento se dirige contra el culpable.
Nacido el 6 de enero de 1939, Muñecas ingresó en el Cuerpo de la Guardia Civil en marzo de 1959.
Cuando se produjo el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 estaba destinado como capitán en el Escuadrón de la I Comandancia Móvil de Valdemoro.
Gran amigo del teniente coronel Antonio Tejero, la mañana del día 23 de febrero de 1981 fue avisado por este de la operación y acudió al Congreso de los Diputados con dos autobuses en los que viajaban un par de tenientes, algunos suboficiales y unos 40 miembros de la Guardia Civil.
En los hechos del 23F jugó un papel relevante al ser el primero que se dirigió a los miembros de la Cámara para comunicarles la "próxima" llegada de la "autoridad militar, por supuesto".
Al día siguiente del golpe ingresó en prisión preventiva en la Guarnición de Madrid y el 3 de junio de 1982 el Consejo Supremo de Justicia Militar le condenó a 3 años y seis meses de prisión por delito consumado de rebelión militar, pena que luego aumentó el Tribunal Supremo a 5 años.
Además de la prisión de Alcalá de Henares, estuvo también internado en la de El Ferrol, Cartagena y, finalmente, en Figueras (Gerona), junto a Tejero y el capitán Gómez Iglesias.
En octubre de 1984 salió en libertad al haber cumplido las tres cuartas partes de la condena.
Aficionado a los caballos, cuando salió de la cárcel se dedicó a dar clases de equitación en las afueras de Madrid.
El 18 de septiembre de 2013 la juez argentina María Servini, a través de Interpol, dictó una orden de busca y captura contra él por delitos durante el franquismo, tras lo que el juez Ruz le llamó a declarar y le impuso la prohibición de salir de España y la retirada del pasaporte después de negarse a ser extraditado a Argentina.
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