"Un atacante suicida se hizo explotar en una mezquita chiita y murieron al menos 10 personas y otras 12 sufrieron heridas", dijo a la AFP el ministro regional Sarfraz Bugti, cifras que fueron confirmadas por otro funcionario gubernamental.
Unas horas más tarde, uno de los heridos murió, informó a la AFP Tariq Zahri, un importante cargo de la administración local.
Mohamad Wasen, otro funcionario local, confirmó el ataque y el primer balance de víctimas.
Bugti, que ya había advertido que el balance de víctimas podría subir, indicó que entre los fallecidos había seis niños de entre 10 y 12 años, y que varias mujeres murieron en el ataque.
Wasem informó que el sospechoso de llevar a cabo el ataque suicida parecía tener unos 18 años y que estaba vestido con una burka, una prenda femenina que cubre todo el cuerpo.
Bashir Jan, testigo de la explosión, dijo que después de que se le impidiera el acceso, el joven detonó la carga a la entrada del templo.
"La gente tuvo que cargar a los heridos en sus coches hacia otras localidades ya que aquí no hay un hospital", contó a la AFP. "Había sangre por todos lados, restos de personas y zapatos regados por todos lados".
En Pakistán, la violencia sectaria, en particular los ataques de sunitas contra chiitas, es común y ha dejado miles de víctimas en el país, donde un 20% de la población pertenece a esta rama del islam.
Hace dos años, los enfrentamientos entre sunitas y chiitas causaron la muerte de 11 personas en la ciudad de Rawalpindi, cerca de Islamabad.
Para prevenir los ataques durante el mes sagrado del muharram, en el que los chiitas conmemoran el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, las autoridades paquistaníes desplegaron 10.000 soldados y 6.000 hombres armados.
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