Alcaldes de frontera México-EE.UU. piden más comercio y no olvidar seguridad

  • Alcaldes de las principales ciudades de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos pidieron hoy fortalecer el comercio transfronterizo, cerrar una reforma migratoria en Washington este año y no olvidar las necesidades de seguridad en el lado mexicano.

Jairo Mejía

Washington, 18 ene.- Alcaldes de las principales ciudades de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos pidieron hoy fortalecer el comercio transfronterizo, cerrar una reforma migratoria en Washington este año y no olvidar las necesidades de seguridad en el lado mexicano.

En un evento organizado por el centro de estudios NDN en Washington, alcaldes de las ciudades estadounidenses de Phoenix, Las Cruces (Nuevo México) y Laredo (Texas) pusieron el acento en la mejora del comercio con el lado sur, a través de una reforma migratoria, nuevas infraestructuras y reducción del coste logístico para aprovechar el crecimiento cada vez más solido de México.

Por su parte, en representación de México, el alcalde de Torreón (estado de Coahuila), Eduardo Olmos, recordó que al otro lado de la frontera la seguridad es un problema que desborda a las autoridades locales y requiere de la cooperación de los gobiernos federales de ambos países.

En un ejemplo de lo intrincadas que son las relaciones entre Estados Unidos y México, Olmos dijo: "no podemos luchar contra organizaciones criminales que tienen acceso a armas de asalto o lanzacohetes". Por ello, para la ciudad de Torreón, de cerca de 700.000 habitantes, las regulaciones para el control de armas que propone la Casa Blanca son de gran importancia.

Raúl G. Salinas, alcalde de Laredo (Texas), aseguró que "no tiene sentido construir muros, sino puentes con México", y señaló que las decisiones de Washington sobre inversiones en infraestructuras y sobre todo en lo referente a la reforma migratoria serán vitales para el futuro de la zona fronteriza.

"El momento es ahora", aseguró Salinas en referencia a la necesidad perentoria de que se apruebe una estratégica reforma migratoria que permita salir de la ilegalidad a personas que ya aportan su trabajo a la economía de estados como Texas.

Alan Bersin, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento de Seguridad Nacional, dijo que Washington reconoce la importancia económica de unas relaciones comerciales transfronterizas más competitivas.

En opinión de Bersin, la frontera es ahora más segura que hace 20-25 años y eso se debe a una estrategia compartida por demócratas y republicanos, consenso que debería repetirse, dijo, en una nueva reforma migratoria este mismo año.

"México no es el país que era años atrás, es una economía en crecimiento, con una clase media emergente", mientras que, según Bersin, cada vez son más centroamericanos los que cruzan ilegalmente, frente a la mayoría mexicana del pasado.

El alcalde de Phoenix (Arizona), Greg Stanton, coincidió con el resto de alcaldes estadounidenses en que el comercio con México debe ser una prioridad, de modo que las empresas estadounidenses sean más competitivas que otros socios comerciales del país vecino como Brasil o las economías asiáticas.

Salinas explicó que el "comercio fronterizo está floreciendo" y que no se debe olvidar que la criminalidad en el lado estadounidense cada vez se combate de manera más eficaz y es momento de que Washington se enfoque en sacar a trabajadores inmigrantes de la ilegalidad con la opción de un camino hacia la ciudadanía.

Olmos puso voz a los ediles del lado mexicano de la frontera y recordó que para ellos la prioridad que les desborda es la seguridad y necesitan apoyo material, de personal e inteligencia del gobierno federal mexicano, y que éste dé prioridad a la cooperación con Washington.

"Una alcaldía local no está igualmente preparada que un Ejército para los desafíos de seguridad que enfrentamos", apuntó Olmos, quien recordó que de las cuatro grandes ciudades de la zona de Torreón, tres no tienen un cuerpo de policía activo.

Olmos narró cómo las organizaciones criminales en la zona alentaron recientemente una huelga policial, debido a que pusieron un nuevo jefe en el departamento. La solución final terminó con el despido de casi todos los 800 agentes de la ciudad.

"Les dijimos que, si querían quedarse, tenían que pasar tres pruebas: un test de narcóticos, una prueba del polígrafo y un informe económico para comprobar que vivían de acorde con su sueldo... Tras la retirada de 400 agentes, de entre el resto solo una mujer paso las tres pruebas", explicó.

"Los problemas de seguridad nos toman el 80 por ciento de nuestro tiempo; por supuesto, nos encargamos de asuntos de promoción del comercio e infraestructuras, pero la seguridad nos desborda", aseguró Olmos.

El alcalde de Torreón confió en que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el estadounidense, Barack Obama, tengan presente esta dimensión en sus contactos y se mostró esperanzado en un futuro en que "inversiones y nuestros hijos" estén protegidos de la violencia.

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