Ammar Mustafá, el refugiado palestino que brilla en la escuela más selecta de Inglaterra

  • Vestido con una corbata blanca y una chaqueta de cola, Ammar Mustafá está sentado en la escuela más prestigiosa de Inglaterra, lejos de los campos de refugiados palestinos en los que creció.

Mustafá tiene 18 años, es tímido y habla con sosiego. Fue elegido entre millones de niños para estudiar en Eton College, la escuela por la que han pasado 19 primeros ministros -incluyendo el actual, David Cameron- y miembros de la realeza.

"Era una oportunidad de las que cambian una vida", explica Mustafá, que recibió una beca por su extraordinario rendimiento académico.

El muchacho insiste en que no todo era malo en el campo de refugiados sirio de Yarmuk, cerca de Damasco, del que su familia huyó en 2012 antes de que se convirtiera en fuente de estampas terribles de niños famélicos por culpa de la guerra civil.

Nacido en Libia, Mustafá y su familia se trasladaron a este campo en 1999 porque su padre encontró trabajo de electricista.

"De hecho, era divertido vivir en Yarmuk. Hablamos de 'campo', pero eso no significaba tiendas y nada de eso", matizó, insistiendo en que tuvo una niñez feliz.

"Una cosa buena de Yarmuk es que era un lugar seguro, podías ir de compras hasta medianoche".

Días antes de que empezara la lluvia de bombas en Yarmuk, hace tres años, la familia de Mustafá huyó al Líbano, sumándose a otros millones de refugiados en ese pequeño país.

En diciembre de 2013, en Beirut, Mustafá llamó la atención de Peter Mann, un profesor de física de Eton, encargado de entrevistar a 40 niños y seleccionar a aquellos suficientemente capaces como para estudiar en la escuela británica.

"Generalmente nos damos por satisfechos con 4 de los 40", explicó Peter Mann.

"Ammar resultó ser muy tímido, tranquilo, pero con grandes aptitudes académicas. Era diferente", añadió, destacando que, a diferencia de otros, él quería estudiar diseño de interiores.

Después de las pruebas en Beirut y una semana de exámenes en Eton, Mustafá, que tenía entonces 16 años, fue seleccionado para vivir y estudiar con los hijos de las élites británicas.

El joven palestino recibió una beca de 50.000 dólares, que cubre los gastos académicos y de estadía, concedida por la Fundación Cogito, cuyo objetivo es enviar a niños pobres, pero muy capaces, de Medio Oriente a las mejores escuelas del mundo.

"Al principio estaba muy nervioso" pero "siempre quise venir a Europa y ver las diferencias en cultura, lenguas y educación", aseguró Mustafá.

"Mis padres estaban muy contentos y orgullosos, pero también tristes porque tuve que dejarlos. Fue la primera vez que me separé de la familia", dijo.

"Nunca he oído ningún comentario sobre él de otros niños, lo cual es un signo de que le va bien. Su inglés mejoró muy rápidamente y muy bien", recuerda Mann.

Descubrió nuevos deportes, como el remo, el squash y el tenis, y siguió cursos de fotografía. También se adaptó a los métodos occidentales de enseñanza, muy diferente de la memorización que impera en el mundo árabe.

"En el Líbano y Siria solíamos memorizar lo que se nos explicaban, mientras que en el Reino Unido entendemos lo que se nos enseña", estimó Mustafá.

La consejera de Eton Francesca Moultrie dijo que Mustafá se adaptó de forma rápida -a pesar de echar de menos la cocina de su madre- y que, además de beneficiarse de la escuela, la escuela también se benefició de su presencia.

"Hacen ampliar las perspectivas de los chicos con los que comparten su vida", dijo.

Ahora en su último año, Mustafá ha solicitado estudiar en algunas de las mejores universidades británicas y estadounidenses.

"Después de mi graduación, me gustaría quedarme en Europa o Estados Unidos a trabajar y establecerme", dijo Mustafá. "Pero mi objetivo a largo plazo es volver al Líbano y ayudar a mi comunidad como ingeniero civil."

mc-ma/al.zm

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