Amnistía Internacional: el caso sirio debe pasar a Corte Penal Internacional

  • El Consejo de Seguridad de la ONU debe transferir a la Corte Penal Internacional (CPI) la situación de Siria, donde desde marzo pasado el régimen de Bashar el Asad reprime una revuelta pro democrática con numerosas violaciones de los derechos humanos.

Virginia Hebrero

Madrid, 24 nov.- El Consejo de Seguridad de la ONU debe transferir a la Corte Penal Internacional (CPI) la situación de Siria, donde desde marzo pasado el régimen de Bashar el Asad reprime una revuelta pro democrática con numerosas violaciones de los derechos humanos.

Esta es la posición que defiende Amnistía Internacional, que desde el comienzo de las manifestaciones mantiene que el gobierno sirio está cometiendo "crímenes contra la Humanidad", afirma Neil Sammonds, investigador de AI sobre Siria.

"Somos una organización conservadora y nos costó decir esto, pero las violaciones de los derechos humanos de las que tenemos constancia, detenciones arbitrarias, torturas, asesinatos, nos llevan a esa conclusión", afirma Sammonds, en entrevista con Efe en la sede de la ONG en Madrid.

Sammonds señala que AI "desde el principio" ha puesto nombre y apellido a las "3.200 víctimas mortales que tenemos contabilizadas de fuentes fiables, todos civiles, y entre ellos 200 niños, 150 mujeres y 150 personas muertas bajo custodia, es decir, que fueron torturadas hasta la muerte".

La cifra es ligeramente inferior a la que maneja la ONU, que calcula que desde el comienzo de la revuelta y la consiguiente represión han muerto 3.500 personas.

"Esa diferencia de unos 300 muertos creemos que es porque la ONU incluye algunos casos de gente armada", afirma Sammonds.

Amnistía Internacional calcula, también, que "unas 15.000 personas están actualmente detenidas, la mayoría incomunicadas, sin juicio ni abogados ni visitas de la familia, con o que corren un gran riesgo de ser torturadas o de desaparecer", afirma el investigador.

Sammonds rebate las alegaciones del régimen de Al Asad acerca de que las manifestaciones y revueltas son obra de terroristas orquestados desde el exterior.

"Las manifestaciones son en el 99,9 por ciento pacíficas, y los primeros 7 meses eran completamente pacíficas. Las acusaciones del gobierno de que están financiadas desde Washington, Tel Aviv o Riad son basura", afirma.

El experto reconoce, sin embargo, que "desde hace dos meses hay más personas con armas", entre ellos desertores del Ejército sirio, "unos pocos miles de soldados que han conseguido traer armas desde Líbano".

En opinión de Sammonds, "es difícil saber hasta qué punto están organizados estos desertores. Sus jefes están, al parecer, en Turquía, o van y vienen, pero no parece que haya una jerarquía firma, más bien se trata de células", agrega.

También constata AI la existencia de grupos armados favorables al régimen, que cometen "provocaciones, fomentan enfrentamientos interconfesionales, para crear el caos y una guerra civil entre las distintas comunidades de Siria, la musulmana suní, la alauí (a la que pertenece la familia Asad), la cristiana".

En todo ese contexto, Sammonds considera muy importantes los pasos que está dando la Liga Árabe, que hoy dio a Siria un plazo de un día para que acepte el envío de una misión de observadores, bajo la amenaza de imponerle sanciones económicas.

"Creo que es muy importante que la propia región diga lo que piensa, que incluso los países árabes, muchos de los cuáles veían a Siria como un baluarte del panarabismo, consideren una vergüenza y un crimen que el régimen mate a su pueblo", subraya.

Frente a la posición de los árabes, Sammonds critica al Consejo de Seguridad de la ONU por no haber hecho "nada", aunque considera que esto "no es una sorpresa porque está muy politizado".

"La posición de países como Brasil, Sudáfrica o India (contrarios a condenar a Damasco) no tiene sentido, pues por un lado van de antiimperialistas, pero se ponen al lado de la represión", afirma el investigador.

Por todo ello, Sammonds cree que la comunidad internacional debe "elevar la retórica, pedir que la represión en Siria sea transferida a la Corte Penal Internacional, para que los responsables sepan que sus actos tienen un coste judicial".

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