(ampliación) sortu. El supremo asegura que el rechazo a la violencia de sortu es solo una estrategia de eta


El Tribunal Supremo ha llegado a la conclusión de que el rechazo a la violencia expresado en los estatutos de Sortu no es sincero, ya que responde en realidad a una estrategia diseñada por ETA para poder concurrir a las elecciones bajo la nueva marca electoral y poder volver a las instituciones.
Este es uno de los argumentos principales que han llevado a la Sala del 61 del Tribunal Supremo a declarar ilegal a Sortu e impedir que el nuevo partido de la izquierda abertzale pueda concurrir a las elecciones del próximo 22 de mayo, según consta en el auto hecho público este viernes. La resolución ha contado con el voto en contra de siete de los 16 magistrados que componen la sala.
La afirmación se basa en el contenido del documento de ETA titulado “Proceso Democrático. Reflexión sobre la alternativa para la solución democrática del conflicto político y para el reconocimiento de Euskal Herria”. Este escrito, fechado en agosto de 2009, fue incautado en abril de 2010 en el despacho de la abogada Arantxa Zulueta, encausada por la Audiencia Nacional por ser uno de los supuestos “enlaces” entre ETA y los presos de la banda.
Los magistrados dicen haber examinado el documento “con especial detenimiento”. La banda terrorista comienza señalando que la izquierda abertzale “está asfixiada por razón de su ilegalización” y “ha mostrado debilitada su capacidad de influir”.
La Sala de lo Penal del Alto Tribunal interpreta estas palabras como la voluntad de ETA de imponer a la izquierda abertzale la “gran tarea” de realizar la “activación popular” y asumir “la dirección política para levantar los topes del estado”. En resumen, la izquierda abertzale debe luchar para lograr “la modificación jurídico-política” de Euskal Herria y conseguir un “escenario para la autodeterminación”.
ETA reconoce además en el escrito su “debilidad” y sus “limitaciones para responder a la represión salvaje”. “Continuamos en un empate infinito, ni nosotros ni el enemigo cede, pero las normas de juego han cambiado (…) y podemos entrar en el desgaste infinito”, recoge la dirección terrorista en “Proceso Democrático”.
El auto del Supremo, redactado por el magistrado Carlos Lesmes, asegura que a la luz de estos textos se llega a la conclusión de que ETA “se siente debilitada así como su brazo político”.
CONTINUACIÓN DE LA VIOLENCIA
El Alto Tribunal asegura que aunque el proyecto recogido en el documento “Proceso Democrático” se articule fundamentalmente como un proceso político, no significa que la banda terrorista renuncia a la lucha armada.
“No es el proceso para llevar a cabo, sin expresión armada, el conflicto político o superar el conflicto armado”, señala ETA en el documento antes de añadir que “la reactivación del papel de la lucha armada en el ámbito de ETA y el Estado debe estar abierta como posibilidad política potencial”.
Para los magistrados, estas afirmaciones significan que ETA “se asigna la labora de custodio” del proceso y se reserva “el uso de la lucha armada como posibilidad para remover los obstáculos que surjan en el camino”.
CUATRO FASES
El documento fija además las fases que debe seguir el proceso. En una primera fase, denominada de “preparación preliminar”, se recoge la necesidad de un acuerdo “entre ETA y el Estado” para alcanzar unos “mínimos democráticos”.
Los magistrados del Alto Tribunal señalan que con estos “mínimos democráticos”, la organización terrorista se refiere a “la necesidad de legalización de la izquierda abertzale a los efectos de poder abrir un nuevo escenario de negociación”.
La segunda y la tercera fase se centrarían en una negociación cuyo objetivo sería alcanzar un “acuerdo político amplio” que lleve a la integración de las tres provincias vascas y Navarra en un mismo territorio. El acuerdo debería reconocer además que los habitantes de esta nueva entidad tienen “capacidad de decidir su futuro político” a través de un referéndum y recogería detalles como “presos, refugiados, víctimas y desmilitarización”.
La última fase serviría para alcanzar un acuerdo más amplio en el que se concretarían las “competencias del nuevo marco político y jurídico” y “dejaría abierta la opción de plasmar la independencia”.
LEGALIZACIÓN DE SORTU
La resolución del Tribunal Supremo destaca que las fases plasmadas en los papeles de ETA “coinciden” con las establecidas en los documentos “Zutik Euskal Herria” y “Clarificando la fase política”, elaborados por la izquierda abertzale y germen del que supuestamente surgió Sortu.
El auto asegura además que ETA impone como requisitos para iniciar una negociación la “imprescindible legalización” de la marca electoral de la izquierda abertzale así como “la no realización de detenciones y el acercamiento de los presos”.
TUTELA DE ETA
ETA se atribuye, según el análisis del Tribunal Supremo, la labor de “tutelar los pasos” que se vayan dando en el proceso “en coordinación con Batasuna”. La organización terrorista ya inicio esta tarea al difundir el pasado mes de enero el comunicado en el que anunció el alto el fuego permanente.
“ETA aceptará lo que la izquierda abertzale acuerde ante el enemigo, y participará de las relaciones políticas de cara al interior. La dificultad consiste en equilibrar el liderazgo de ETA y el no protagonismo de su mesa. Por ejemplo, acordar en esa dirección declaraciones paralelas puede servir para reforzar el ámbito de negociación política ETA-Estado”.
Los magistrados concluyen de estas palabras que ETA ha diseñado un “esquema” según el cual actuará “en paralelo” a la izquierda abertzale.
ALIANZAS
La organización terrorista también alude en “Proceso Democrático” a la necesidad de formar coaliciones con partidos como Eusko Alkartasuna.
“Hay que realizar una alianza política con Eusko Alkartasuna”, señala el documento antes de añadir que los objetivos de esta coalición serían “establecer una imagen fuerte del nacionalismo-independentismo” así como “fulminar a Aralar y causar desgaste político y electoral al PNV”.
El auto hecho público este viernes por el Tribunal Supremo destaca que la alianza con EA no es “una sugerencia” de la banda terrorista, sino “una instrucción” dirigida a la izquierda abertzale.
La Sala del 61 afirma en este sentido que existe otro documento de ETA en el que “se establece un manual de instrucciones sobre las condenas a la violencia una vez que se alcance el acuerdo con EA para no comprometer la relación política”.

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