Así les cambia el día a los que viven cerca del juzgado

    • El bar Es Suprem, justo enfrente de los juzgados, ha sido captado por las cámaras en todos los "paseíllos" ante el juez Castro
    • Los balcones del número 15 de la calle Parellades  se alquilan a 3.000 euros

     

Luz Sela

La llamada en Es Suprem se atiende, entre vermús, cañas, tapas de sobrasada, y mucha resignación. Aunque de buen humor. El teléfono lleva todo el día sonando, y mañana se anticipa parecido. Lo coge el marido de Xisca Cañellas, la jefa de todo esto, que le echa una mano en el negocio, en vistas de lo que se les viene encima. Y mañana vendrá la niña, y el yerno...


Poco pensaban cuando hace 27 años abrieron las puertas de Es Suprem, un pequeño bar restaurante de cocina de cuchara, que quedarían para siempre ligados a la Familia Real. Famoso por accidente, o más bien, por su estratégica ubicación frente a los juzgados de Palma, su letrero está a tiro de cámara para los reporteros que captan las imágenes de los que desfilan ante el juez Castro.

Te interesa: El Gobierno defiende la presunción de inocencia de la Infanta

Los “paseíllos” de Matas, Munar o Urdangarín le han dado una promoción que no podría estar planeada ni por la mejor agencia de publicidad. Y encima, gratis. Aunque eso ha tenido la primera consecuencia. El toldo de ahora, es distinto al de las primeras comparecencias de Iñaki. En su fondo granate, no aparece ya el logotipo de una conocida marca de cerveza. “El día que declaró, un periodista me dijo “habrás cobrado un montón de pasta”.  Xisca ni había pensado en ello, pero le dio vueltas y finalmente llamó a la cervecera para ver “si se enrollaban y me mandaban unas cajas gratis”. “No me mandaron ni un botellín”, se queja.

Te interesa: Así es la sala F, donde declara doña Cristina

Así que ella misma se tomó la venganza por su mano. Encima del logo, colocó unas cartulinas anunciando su “cocina de mercado”. La que planea cada día, y que ya idea para mañana. Paella y escaldúns, un típico guiso mallorquín de pollo, será el menú  que comerán periodistas, policías y los cientos que se acercarán a la famosa rampa.“Y una sopita por si hace frio”, dice, pensando en los reporteros que ya empiezan a hacer guardia. ¿Vendrá también el juez Castro? “Viene a veces”, dice ella. Mañana se verá. Balcones a 3.000 euros


Es Suprem, en el número 15 de la calle Parellades, no es el único en hacer negocio. La “pela” está también más arriba. En los balcones y terrazas mejor situadas. “Cuando declaró Urdangarín se pagaban ya 1500 euros, ahora algunos hablan de hasta tres mil”, dice Clara Sanchís, propietaria de la librería Quars, especializada en Derecho. A ellos les resuelven el mes, pero a ella, días como el de mañana la mantienen en vilo. “La policía no me ha dicho qué calles va a cortar. Y no sabemos si la gente va a poder entrar a la librería”. No es casualidad, que, para esta tarde, hayan programado la conferencia “La monarquía ante el proceso penal”

Mostrar comentarios