La fiscalía general mexicana sigue analizando este miércoles el ADN de dos cadáveres hallados en la camioneta incendiada para saber si se trata de Dean Lucas y Adam Coleman, dos australianos de 33 años que llegaron a México desde Canadá en ese vehículo encontrado el fin de semana en un camino rural de Navolato (Sinaloa).
Ese municipio, junto con sus vecinos Mocorito y Angostura, "es como un Triángulo de las Bermudas donde suceden hechos delincuenciales con bastante frecuencia", dijo a periodistas el alcalde de Navolato, Miguel Calderón.
"Es una región con registro de conflicto (...) incluso funcionarios de nivel estatal han tenido algún tipo de percance" como robo de vehículos, asaltos, secuestros y asesinatos, aseguró.
El gobierno de Australia ha confesado estar "gravemente preocupado" por sus connacionales, mientras que las autoridades mexicanas aseguran que no ha sido posible una identificación "de manera física" de los cadáveres "por las condiciones en que fueron localizados".
El fiscal de Sinaloa aseguró este miércoles que, tras hallar los dos cadáveres, se abrió una investigación por homicidio doloso y que ya se conocen las causas de la privación de la libertad de los australianos, pero se rehusó a revelarlas "porque forman parte de la investigación".
Lucas y Coleman fueron vistos por última vez el 20 de noviembre en Topolobampo, un puerto de Sinaloa en el que desembarcaron luego de atravesar en ferry desde la península de Baja California.
Sinaloa es considerado uno de los estados más violentos de México y es el feudo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo, que se ha fugado en dos ocasiones de cárceles de alta seguridad, la última en julio pasado.
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