"Es evidente que estos actos violentos pretenden desestabilizar al país y poner en peligro el proceso de transición", declaró Ban al inicio de una reunión sobre República Centroafricana al margen de la Asamblea General de la ONU, pidiendo a todas las partes que "dejen las armas".
"Los últimos eventos trágicos comprometen seriamente todos los esfuerzos de cohesión social y ponen en entredicho el sistema electoral en curso y la esperanza de todo un pueblo", declaró por su parte la presidenta de transición Catherine Samba Panza, que habló por videoconferencia desde Bangui.
Samba Panza tuvo que salir de urgencia de Nueva York el lunes por la noche ante la noticia de que diversos actos violentos habían provocado la muerte de al menos 36 personas y 30.0000 desplazados desde el sábado en la capital. La calma regresó a la ciudad pero la situación sigue siendo precaria.
Devastada durante dos años por un caos indescriptible y por sangrientos actos violentos intercomunitarios tras un golpe de Estado, República Centroafricana sigue en una complicada situación pese a la presencia de fuerzas de la ONU y francesas y a la ayuda internacional masiva.
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