Carlos Mendoza
Pamplona, 9 mar.- La presidenta navarra, Yolanda Barcina, afronta una semana crucial, ya que se jugará la presidencia de UPN en el congreso que celebrarán los regionalistas el 17 de marzo, en medio de un rechazo generalizado por las dietas que percibió en Caja Navarra (CAN) junto a otros dirigentes del partido.
El congreso del partido estaba llamado a monopolizar desde el lunes la actividad política de los regionalistas navarros, ya que por primera vez en años acuden divididos a esta cita, entre los que apoyan a Barcina para presidir Unión del Pueblo Navarro (UPN) y los que respaldan a Alberto Catalán, presidente del Parlamento Foral, con el que no ha logrado consensuar una única candidatura.
Pero las "dietas inmorales", por las que la presidenta ha pedido hoy perdón públicamente en una carta, se han colado en el debate político foral y desde la oposición han planteado la dimisión de Barcina o la presentación de una moción de censura, ya que gobierna en minoría parlamentaria desde que los socialistas, que por ahora no son partidarios de ello, salieron del Gobierno hace ocho meses.
La presidenta navarra podría salir fortalecida del congreso si derrota a su rival, pero, si pierde, su liderazgo se debilitará y podría abrir un escenario en el que, según Oscar Arizcuren, que opta a la secretaria general de UPN y apoya a Barcina, "aumentará mucho la posibilidad de elecciones anticipadas".
El gran rechazo y la censura política que ha provocado las dobles y triples dietas que la presidenta de Navarra y otros cargos del partido percibieron de Caja Navarra (CAN) por asistir a las reuniones de sus órganos de gestión han puesto a la líder de UPN ante uno de sus momentos más críticos al frente de la presidencia.
En el escándalo de las dietas están afectados otros destacados representantes del regionalismo político, como el expresidente de Navarra y de la Caja, Miguel Sanz, el exconsejero de Economía y Hacienda Álvaro Miranda y el actual alcalde de Pamplona, Enrique Maya.
Precisamente, al histórico dirigente regionalista Miguel Sanz sustituyó Yolanda Barcina (Burgos, 1960) en la presidencia del partido el 19 de abril de 2009, en un congreso en el que salió elegido como vicepresidente Alberto Catalán (Corella, 1962), que le disputa ahora el liderazgo.
Llevaba diez años como alcaldesa de Pamplona cuando relevó a Sanz, quien fue presidente de la Comunidad desde 1996 a 2011 y con quien se rompió el tradicional hermanamiento con el PP, que volvió a presentarse a las elecciones con su propia marca política.
Barcina, que ha recuperado la colaboración con los populares, con los que fue en una única candidatura en las ultimas elecciones generales, espera que el partido "salga fortalecido" del congreso, aunque reconoce que "no es deseable" que haya dos candidatos y "disputas dentro del partido (...) en un momento de tanta dificultad política".
También Catalán ha expresado su deseo de que UPN acabe fortalecido y con una renovación en sus ideas y en su forma de hacer política, en un momento "tan complicado como el actual desde el punto de vista de crisis económica, de la situación política que vivimos y también del desprestigio de la propia clase política".
Pero la semana que viene empezará de nuevo con las polémicas dietas, ya que Bildu ha presentado en el Parlamento de Navarra una declaración institucional que se debatirá en la Mesa y Junta de portavoces el lunes, en la que se pide la dimisión de Barcina, su reprobación y su inhabilitación.
En el ámbito judicial, también se ha comenzado a dar los primeros pasos para esclarecer lo ocurrido en Caja Navarra, con la declaración de dos secretarios ante el juzgado de instrucción número tres de Pamplona, que investiga la denuncia presentada contra directivos de la entidad por presunta prevaricación y delitos societarios.
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