Bielorrusos votan en presidenciales boicoteadas por la oposición

  • Los bielorrusos votaban el domingo en unas elecciones presidenciales boicoteadas por la oposición democrática y en las que el mandatario saliente Alexander Lukashenko aspira a conseguir un quinto mandato consecutivo.

Los colegios electorales cerrarán a las 17H00 GMT y las primeras estimaciones se conocerán en el correr de la noche.

Lukashenko aspira a obtener una tasa de participación convincente para legitimar una reelección ante los países occidentales.

Estos comicios pesarán en la decisión que la Unión Europea tome sobre las sanciones impuestas en 2011 a Minsk, a raíz de la violenta represión consecutiva a la polémica reelección de Lukashenko en 2010.

La campaña se desarrolló en medio de una crisis económica en esta ex república soviética de 9,5 millones de habitantes.

En el poder desde hace 21 años, calificado de "ultimo dictador de Europa" por Estados Unidos, Lukashenko, de 61 años, se enfrenta a tres candidatos prácticamente desconocidos.

Tatiana Korokevich, de 38 años, fue la única candidata que esbozó una campaña electoral, reuniéndose con votantes y concediendo entrevistas.

Según el último sondeo del Instituto de Estudios Políticos, el 47,5% de los bielorrusos apoya la candidatura de Lukashenko, contra 7,2% para Korokevich.

Los otros dos candidatos, Serguei Gaidukevich y Nikolai Ulajovich, obtendrían un apoyo de casi cero.

"Aquí el presidente tiene mucho poder, desde temas de seguridad a la economía. Actualmente alguien que lleve falda no puede tener este tipo de atribuciones", dijo Lukashenko tras emitir su voto acompañado de su hijo Nicolai, de 11 años.

"Pero honestamente estoy muy feliz que una mujer se haya presentado", agregó.

La televisión nacional reportó que en muchos locales de votación estaba prevista la distribución de comida y conciertos, para "crear una atmósfera de vacaciones".

Lukashenko, que antes se desempeñó como director de una granja colectiva, cuenta con la simpatía de algunos sectores por su estilo campechano y directo.

Liudmila Vauchok, una campeona paralímpica de esquí, que se desplazó a sufragar en silla de ruedas junto a su hija de tres años, explicó a una periodista de la AFP que votó por Lukashenko porque el presidente le ofrece "calma y estabilidad" al país.

Muchos otros votantes también expresaron su apoyo al presidente saliente.

"No se somete ante nadie, protege los intereses de su pueblo", asegura Valentina Artiomovna.

Observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) supervisan los comicios, que la oposición consideran una farsa debido a que sus líderes fueron impedidos de presentarse.

"Los occidentales quieren sobre todo asegurarse de que no hay nuevos arrestos de opositores, violencia, ni persecución de la prensa", explicó un diplomático a la AFP.

"Si todo transcurre con calma, las sanciones europeas se levantarán", estima por su parte Pavel Usov, del centro de análisis político en Varsovia.

El gobierno multiplicó en los últimos meses los gestos de buena voluntad, sobre todo liberando a seis opositores encarcelados, incluido uno de sus antiguos rivales de las presidenciales.

Ninguno de ellos ha sido autorizado a participar en las elecciones del domingo. La oposición llamó a boicotearlas y exigió a la UE el mantenimiento de las sanciones.

La liberación fue apreciada por Bruselas que a fin de mes tomará una decisión sobre las sanciones.

La flamante ganadora del Nobel de Literatura, la bielorrusa Svetlana Alexievich, dijo el sábado en Berlín que cualquier acercamiento con la "dictablanda" de Lukashenko sería un error.

Lukashenko "no es un hombre digno de confianza", es "un 'hombre soviético' y no va a cambiar jamás", dijo Alexievich, que denunció que las elecciones estaban amañadas.

Rusia, que ayuda financieramente a su vecino, desconfía por su parte de los intentos de acercamiento de Lukashenko a los países occidentales.

Poco después del lanzamiento de la intervención rusa en Siria a finales de septiembre, el presidente Vladimir Putin reiteró su voluntad de extender la presencia militar rusa en Bielorrusia, con una base aérea. Lukashenko se opone, pero pide armas a Moscú para, según dice, poder defender codo con codo su territorio frente a las fuerzas de la Alianza Atlántica.

am-pop/kat/at/jh.zm/app/an/js

Mostrar comentarios