Zeid pidió una completa y transparente investigación del hecho, y afirmó que si se "considera que debe ir a una corte de justicia, un bombardeo a un hospital puede ser considerado como crimen de guerra".
"Este hecho es absolutamente trágico, inexcusable y posiblemente incluso criminal", añadió Zeid en comunicado.
Médicos sin Fronteras -- conocido por su acrónimo MSF -- informó que el bombardeo se prolongó más de 30 minutos después de que Estados Unidos fuera informado y que a Afganistán y a funcionarios estadounidenses se les hubiera dado las coordenadas precisas de los lugares con presencia de servicios de MSF.
El ministro de Defensa dijo que militantes tenían como objetivo a militares en el edificio del hospital.
La OTAN reconoció que fuerzas estadounidenses podrían estar detrás del bombardeo, pero no se refirió a las específicas reclamaciones de MSF, que desde hace tiempo atiende a los heridos en ambos lados del conflicto.
Zaid agregó que "los planificadores militares internacionales y afganos tienen la obligación de respetar a los civiles en todas las ocasiones, y los lugares de atención médica y su personal son objeto de una protección especial".
"Estas obligaciones deben ser aplicadas sin importar cual fuerza aérea sea y en todos los lugares", puntualizó.
MSF confirmó que decenas de personas resultaron heridas y que se desconoce el paradero de muchos pacientes y personal del hospital.
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