Brasil exige explicación por espionaje a Rousseff sin aclarar cómo responderá

  • Brasil reaccionó hoy con indignación frente a la denuncia de que EE.UU. espió los teléfonos y los correos electrónicos de la presidenta Dilma Rousseff, pidió una explicación "rápida" y "por escrito", pero no aclaró qué respuesta concreta dará a lo que calificó de "violación inaceptable de la soberanía".

Eduardo Davis

Brasilia, 2 sep.- Brasil reaccionó hoy con indignación frente a la denuncia de que EE.UU. espió los teléfonos y los correos electrónicos de la presidenta Dilma Rousseff, pidió una explicación "rápida" y "por escrito", pero no aclaró qué respuesta concreta dará a lo que calificó de "violación inaceptable de la soberanía".

La denuncia fue formulada este domingo por el canal de televisión Globo, apoyada en documentos filtrados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (ANS) Edward Snowden, según los cuales Rousseff fue víctima directa del espionaje estadounidense.

Los nuevos documentos sostienen que también fue espiado el ahora jefe de Estado de México, Enrique Peña Nieto, cuando era candidato e incluso presidente electo, y que la ANS hasta supo quiénes serían algunos de sus ministros antes de su nombramiento oficial.

Frente a esos documentos, Brasil convocó hoy al embajador de EE.UU. en el país, Thomas Shannon, para expresar su malestar, y Rousseff se reunió con seis ministros para analizar las nuevas denuncias, que se suman a otras similares que ya habían provocado quejas del Gobierno brasileño.

El único ministro que habló sobre la reunión fue el titular de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho, quien afirmó que el Gobierno está "en una situación de emergencia" por esas denuncias.

El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, dijo que, en la reunión con Shannon, exigió "rápidas explicaciones por escrito" del Gobierno de Estados Unidos, "y no del embajador", que ya había sido convocado hace un mes y medio, tras las primeras denuncias sobre el espionaje en Brasil.

"Transmití la indignación del Gobierno brasileño con estos hechos" y "manifesté que la violación de las comunicaciones de la presidenta es inadmisible, inaceptable, y constituye una violación de la soberanía brasileña", declaró el canciller.

En rueda de prensa, Figueiredo se negó a hablar sobre la visita de Estado que Rousseff tiene previsto hacer a Washington el próximo 23 de octubre, incluso cuando se le preguntó directamente si podía ser cancelada.

"No estoy aquí para hablar de esa visita", respondió Figueiredo.

En la misma rueda de prensa, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, afirmó que el espionaje es "mucho más inaceptable" porque la víctima ha sido la jefa de Estado, pero también porque es realizado por un "país amigo".

Recordó que Brasil y Estados Unidos tienen incluso una "sociedad estratégica" y lamentó que no exista "confianza" entre dos países que son "socios" y "aliados".

También condenó que el espionaje vaya más allá de la lucha contra el terrorismo y hasta incluya como objetivos a "Gobiernos amigos".

Sin embargo, Cardoso dijo que Brasil esperará por las nuevas explicaciones que ha pedido y que sólo después decidirá qué tipo de "respuesta" dar a esta situación.

El propio Cardoso estuvo la semana pasada en Washington en el marco de un "diálogo bilateral" sobre espionaje abierto tras las primeras denuncias de Snowden y su incidencia en Brasil.

Cardoso se reunió con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, con la asesora de asuntos contra terrorismo, Lisa Mónaco, y con el jefe del Departamento de Justicia, Eric Holder, pero reiteró hoy que las explicaciones aún no eran "suficientes".

Sin embargo, no supo decir cuál sería la respuesta concreta de Brasil si las explicaciones vuelven a ser insatisfactorias.

Sólo reiteró que Brasil insistirá en llevar ese asunto a "todos los foros internacionales" y propondrá "normas globales para garantizar la privacidad" de los ciudadanos, las empresas y más aún las autoridades.

Las primeras denuncias sobre espionaje centraron la visita que hizo a Brasil el pasado 13 de agosto el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.

El jefe de la diplomacia estadounidense recibió entonces una fuerte queja de Brasil por la "interceptación electrónica", que según el Gobierno de Rousseff "puede atentar contra la soberanía, los derechos individuales e incluso contra los derechos humanos".

La respuesta de Kerry entonces fue clara. Dijo que "entendía" las quejas, afirmó que las actividades de los servicios de inteligencia estadounidenses son "legales" y además "necesarias" para garantizar la seguridad global.

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